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"Este es un pequeño paso para un hombre, y un gran salto para la Humanidad". Esta es la frase que dejó para la historia el comandante Neil Armstrong, poco después de que a las 2:56 (hora internacional UTC) el "Apolo XI" alunizara en el Mar de la Tranquilidad. La llegada a la Luna está considerado como el momento culminante de la apasionante carrera espacial protagonizada por los Estados Unidos y la desaparecida URSS. Uno de los artífices de esta hazaña fue el AGC, una computadora que ahora, casi 42 años después, sería una birria si a usted se la ofrecieran en una tienda de informática.

El Computador Guía del Apolo (AGC, en inglés) fue diseñado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y se instaló en el módulo de excursión lunar "Eagle", el que utilizaron Armstrong y Buzz Aldrin, los dos primeros hombres en pisar suelo selenita. El AGC tenía 1 KB de memoria y procesaba tareas a una velocidad de 1 MHz. El programa que realizó los cálculos de vuelo se llamaba "Colussus 249". Para que se haga una idea, un PC normalito tiene hoy 2GB de memoria, un disco duro de 320 GB y un procesador de velocidad de 2 GHz. Hablando en plata, y según la definición de los expertos, su ordenador casero goza de una memoria dos millones de veces superior y un procesador 2.000 veces más rápido que el Apollo Guidance Computer. ¿Qué hubieran hecho los ingenieros del MIT con un aparato como este?

El AGC, y sus colegas utilizados entre 1969 y 1972, son ya piezas de museo. Sus imágenes impactan por el volumen que tenían semejantes "trastos". Además, sorprende el "envoltorio" de cables, conexiones y pantallas que presentaban. De hecho, parecen sacados de una película de ficción de serie B, pero cumplieron a la perfección e impulsaron el hombre al espacio.

Actualmente, los cambios tecnológicos se producen a tal velocidad que la maravilla de ayer es la basura de hoy. Nadie se salva: portátiles, consolas, móviles...

En los 60 se soñaba que al cruzar la barrera del siglo XXI viviríamos en un mundo a semejanza de la película "2001: Una odisea en el espacio". Evidentemente, no ha sido así. Sin embargo, la magia se hace realidad cada día simplemente encendiendo el último modelo de la DSi , la PS3 o un iPhone.