TW
0

Los turistas florecen en primavera. Dicen que este año va a haber una buena cosecha. Los turistas, para florecer, necesitan un clima de sol y playa. Y son refractarios a los ambientes inestables, conflictivos o directamente hostiles. Con los precios altos, se mustian enseguida.

Hay expertos botánicos que los consideran una planta invasora. Ya se han visto bastantes ejemplares por el "camí de cavalls", bordeando la Isla. Otros, en cambio, dicen que los necesitamos para vivir. De hecho, mucha gente puede comer gracias a ellos. Si bien no son directamente comestibles, su fruto, el euro común, es muy apreciado por los lugareños. Algunos han llegado a atiborrarse.

Una variedad que ha tenido mucho éxito, hasta hace poco tiempo, ha sido la prolífica "vivienda salvaje" (especulatio formigonensis). El problema es que consumen mucha agua (sobre todo las que tienen piscina). Aparecen por todas partes en épocas de bonanza y ahora se han agostado por completo debido a los rigores del clima y la sequía económica.

Los turistas necesitan mucho mimo y cuidados. Que se les trate con cariño, amabilidad y cortesía. Claro que no se puede dar lo que no se tiene y algunos ignorantes, los pisotean por descuido. Suelen adornar las fiestas patronales de nuestros pueblos y los actos culturales que se organizan, aportando gran vistosidad y colorido.

La Administración está intentando su cultivo industrial, incluso en invernaderos, con el fin de "desestacionalizar", dicen, su producción. Pero cuando aparece la tramontana, es muy difícil lograr que sobrevivan. Hay que regarlos mucho (con alguna bebida alcohólica) para que aguanten las condiciones extremas de la temporada baja.

Si uno es aficionado a la flora y la fauna, la observación de nuestra tierra puede ser una fuente inagotable de hallazgos científicos. Una planta endémica que debemos proteger, por ejemplo, es el "empresarius robustus", sin la cual nuestro entorno sufriría un daño irreparable. Su expansión se ha visto muy mermada, últimamente, por la falta de financiación y de abono.

Ahora que se avecina el buen tiempo, debemos cultivar turistas, con el primoroso esmero de un horticultor aficionado. Si así lo hacemos, a buen seguro que repetirán el año que viene y sus numerosos esquejes nos darán rentables y renovados frutos.
Dejaremos para una próxima ocasión, el tratamiento de otros aspectos curiosos, e igualmente interesantes, de la jardinería humana.