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El Día Mundial de la Libertad de Prensa, instituido por la asamblea general de la ONU en 1993, celebrado ayer, pretende fomentarla "al reconocer que una prensa libre, pluralista e independiente es un componente esencial de toda sociedad democrática". Por tanto, no se refiere tanto a la libertad de empresa para crear un medio de comunicación, sino al sentido de la profesión periodística y al respeto a la misma, por parte de los mismos profesionales, los editores y la sociedad. El máximo exponente se expresa en los conflictos armados, con el riesgo que representa el ejercicio de la profesión para que los ciudadanos puedan disfrutar de su derecho a una información veraz.

Los medios tienen una responsabilidad con la sociedad y con sus lectores, a los que sirven, ejerciendo una función profesional de elaboración de la información que llega a los ciudadanos. La prensa escrita sigue siendo el referente, la que más incidencia tiene en la formación de opinión pública. La participación social es necesaria y es positivo que los ciudadanos accedan a los medios. En el Día de la Libertad de Prensa es positivo renovar el compromiso de los medios con la sociedad.