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El 31 de marzo, familiares de los residentes en Marymar, obra social de Unicaja, en Benalmádena, Málaga, se reunieron con el director para plantear algunas cuestiones sobre los servicios prestados. Tras la charla, la noticia del cierre definitivo el 31 de mayo explotó en sus cabezas. Que 70 ancianos y 45 trabajadores queden en la calle por la rescisión unilateral de Unicaja de contratos de por vida, arguyendo falsas razones de seguridad, era una arbitrariedad intolerable. El edificio está en perfecto estado, no hace un mes que el alcalde inauguró unas reformas en el 4º piso. Un nuevo traslado de los ancianos, con lo que les costó dejar su casa y adaptarse a otro entorno, a un grupo de convivencia y crear vínculos, afectos, era demasiado. Los cambios a esas edades no son fáciles de asimilar. Lucharían por los derechos de sus mayores. Y como estuvieron de acuerdo y con los objetivos claros, divulgar masivamente lo que pretendía Unicaja, se organizaron para hallar la solución justa con los apoyos que recibieran.

Canal Sur, Antena 3, la Cadena Ser y otros medios dieron cobertura a manos temblorosas que, por primera vez en 80 años, enarbolaron pancartas, sentados en la calle, frente a la puerta de su residencia, y participaron del acto, a repetir cada lunes, al que también asistieron autoridades municipales y demás personas sensibles con los abuelos del Marymar. Hoy los humoristas hablan en serio y los políticos hacen magia: cuanto mayor es el truco de las palabras más grandes los aplausos en votos. Entonces, para entender el meollo de la drástica decisión sobre la residencia, reproduzcamos la viñeta de Guadalupe Romero sobre la fusión de bancos y cajas. En un cuadro aparece dibujada una caja (de cartón), en el siguiente un banco (de plaza) y luego un cliente (tumbado sobre el banco y tapado por el cartón de la caja): ha nacido Cajabanc.

A esta elocuencia solo añadimos que el actual sistema financiero convertirá las cajas, obligadas a mantener una obra social, en bancos, desvinculados de este tipo de obligaciones no rentables.

La periodista del programa Andalucía Directo, enviada a cubrir el primer acto de protesta, trasmite al conductor, Juan y Medio, que la responsable del Departamento de Comunicación de Unicaja declara que la Residencia cerrará por motivos de seguridad el 31 de mayo, sin ningún residente dentro, pero que todavía falta mucho para terminar el peritaje del edificio. Tampoco muestra el informe previo e ignora la fecha para el comienzo de la obra y ni sabe si la van a arreglar o a cambiar de uso.

Según la Ley del Mayor ninguna persona puede ser ingresada en un Centro sin su consentimiento, informa la portavoz de los familiares. Luego añade: Unicaja pretende hacer creer a los jueces que la residencia está en peligro de derrumbe para así tener la orden judicial de desalojo.

Su pedido de intervención al Defensor del Pueblo Andaluz fue contestado: "Aunque se desenvuelve en el ámbito jurídico privado, una decisión de tal envergadura precisa del conocimiento del problema por los poderes públicos y la adopción de las medidas que correspondan en beneficio de los mayores afectados".

La residencia puede cerrar-continúa la portavoz de los familiares, pero no por las causas que dicen sus autoridades. Nosotros no buscamos dinero sino soluciones, nuevo alojamiento y si hubiese una diferencia de precio que la pague Unicaja hasta que reabra, si vuelve a hacerlo como tal porque no se sabe si todo es un tema especulativo. El pleno del Ayuntamiento se ha declarado en contra del cierre y que estará pendiente del inicio de las obras (hasta ahora no se ha pedido licencia), del servicio que prestará luego y si se utiliza para otros fines distintos al actual, amparado en la Ley de Costas, pedirá su derribo por estar en una zona marítimo terrestre que la afecta, pero que hasta el momento permite la residencia por su fin social.

Los recursos administrativos consumen largo tiempo y los residentes tienen muchos años. El 31 de mayo está ahí. Quizás por eso en Internet han colgado un video con las fotos de las titas María, Ángela, Silvia, Isabel…y el texto: "Algunas de las sonrisas que han conseguido apagar. Estas sonrisas ya fueron robadas. Maldito parné".
Te conozco dinero: siempre quieres más.