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El Consell llevó ayer maquinaria pesada para retirar las algas de las playas vírgenes de la costa sur de Ciutadella. Necesitará cuatro días de trabajo en Son Saura, donde se ha acumulado una gran cantidad de posidonia. La medida ha provocado discrepancias, puesto que los ecologistas están convencidos de que alterar los ritmos de la naturaleza puede tener efectos negativos para las mismas playas a medio plazo. Lo cierto es que las playas de la costa sur de Ciutadella son un atractivo turístico de primer orden. Si no fuera así la actuación del Consell no tendría sentido. La mayoría de los turistas llegan a la Isla atraídos por las playas naturales y la experiencia positiva que deseamos que se lleven pasa por tener esos espacios con pocas algas y en condiciones óptimas para el baño. Explicarles que las algas son necesarias para conservar los valores naturales de las playas es positivo, pero no ha de ser contradictorio con facilitar el disfrute de esas zonas. Las actuaciones necesarias para que la imagen sea la mejor posible deberían estar consensuadas y contar con las opiniones de los técnicos. No podemos aspirar a que el turismo nos ayude a recuperar la economía sin poner los medios para ello.