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El pleno del Consell ha aprobado por unanimidad una nueva estructura política que traduce a la práctica el objetivo de la austeridad. La reducción de los costes ya se inició en 2010, cuando Marc Pons simplificó la estructura con el objetivo del ahorro. Ahora se da un paso más en la buena dirección. En cuatro años se gastarán 5 millones de euros menos que en 2007, antes de la crisis, en lo que se refiere al coste de los cargos políticos y de confianza. El presidente, Santiago Tadeo, también se ha referido a que la austeridad debe impregnar toda la gestión del Consell, lo que se ha de traducir en un ahorro todavía más considerable. Por otra parte, la primera institución menorquina padece un grave problema de liquidez. Esta administración tiene una situación mejor que la mayoría de ayuntamientos de la Isla, sin embargo su carencia de recursos es preocupante. Parte de la responsabilidad está en el Govern, que tiene pendiente de transferir alrededor de 26 millones de euros, lo que afecta a servicios básicos de la Isla. José Ramón Bauzá se encuentra también con graves problemas, pero como presidente ha de cumplir con los compromisos adquiridos con el Consell y hacerlo sin más demoras.