TW
0

Maria Eulalia pasó su luna de miel en la Illa de l'Aire. Una luna de miel es normalmente algo positivo, pero ser un lunático o estar de mala luna es algo negativo. La luna, aunque lejana, no es inocua. A la luna se le atribuyen los temidos cambios de humor, la aparición de los hombres lobo, las mareas, el crecimiento de las plantas, entre otras variables intangibles y casi místicas. La luna es inspiración para los románticos, guía para los noctámbulos, inquietante para los niños, referencia para los astrónomos, cristal en los coches, idónea para merendar si es media y despertador para los vampiros. Estar en la luna es hoy en día no saber qué es una prima de riesgo. Pedir algo a la luna es como pedir una subvención al Consell. Quien tiene lunas es como un melón, nunca sabes cómo te va a salir.

Científicos de la Universidad de Berna han llegado a la conclusión de que hace 4.400 millones de años la Tierra tuvo dos lunas, como en el mundo paralelo de la última novela de Murakami, que pasaron a ser una mediante una fusión, como hacen hoy los bancos y las cajas. Según Wikipedia, la Tierra tiene unos 4.600 millones de años y la vida no hizo acto de presencia hasta unos mil millones años después (más o menos, no viene de un día). Es decir, cuando presumiblemente ya había una sola luna. Queda claro pues que con una ya es complicado, pero que con dos era imposible vivir.