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Ustedes se recordarán que antes se vendía lotería de Navidad un mes antes del sorteo. Ahora podemos comprarla estando de vacaciones en el mes de julio o agosto. Algo parecido a lo que está pasando con la campaña electoral. Me recuerdo de algunas campañas que se ponían en marcha a lo largo y a lo ancho de la España mitinera, poco más o poco menos que un mes antes de ir a votar. Pues esta vez no, porque cuatro meses antes del 20 de noviembre, los políticos ya están en campaña electoral. Calientan la voz con mítines tampoco de mucha enjundia, eso ya vendrá más tarde. Y de paso que van calentando la voz, también se entrenan en el exabrupto, el dedo en el ojo del contrario o esa estúpida parodia del "y tú más".

El señor Rajoy, don Mariano, que en estas lides mitineras ha visto y oído casi de todo, mientras ante la intimidad del espejo ha sido testigo de ese tránsito de pasar de tener la barba negra a una mañana cualquiera amanecer con la misma blanca, sabe que en lo que va de agosto a noviembre, sus homilías políticas deben tener mesura, templanza, un ligero toque de energía bien medida pero sin "asustar" al personal, no vayamos a que resurja aquello de "que viene la derechona" y se nos agavillen los votos rubalcabeños. De manera que Rajoy hará seguramente una campaña a medio camino, o no, entre quien dice ser y quien realmente es. Por de pronto, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, presenta libro en septiembre. Una cosa así como una biografía que habrá que leer…o no. Como tengo leído uno de los libros del señor Aznar, renunciando a volver a leer ninguno más porque lo que "naturaleza no da, Salamanca no lo presta".

A poco que don Mariano se lo haya currado, estoy por apostar anticipadamente que si acaso sus literaturas tampoco vayan a ser para tirar cohetes, sí por lo menos serán más entretenidas, en eso no creo que defraude…o sí.

Estaba yo antes de lo del libro del señor Rajoy, queriendo sopesar el diapasón de la campaña electoral. Campaña prematura, larga y seguro que cansina para el trabajo de "leñador mitinero", ese desagradable oficio de la crítica ácida, bordeando o incluso entrando en la descalificación gratuita, todos los partido0s tienen su personal dedicado y destacado. En el PP, cómo no acordarnos de la señora Cospedal o el señor González Pons. En el PSOE el señor Blanco tampoco lo hace mal. Y el señor candidato a la chita callando, tampoco es de los que se dejan sus ácidas soflamas nonatas en su abecedario.

En cualquier caso, con campaña larga o corta, el final es completamente previsible, sólo puede ganar el PP o el PSOE. Una dualidad política enquistada en nuestro sistema electoral que, mientras no cambien la contabilidad de los votos, tenemos bipartidismo para "saecula saeculorum".

Dicen quienes lo saben que la campaña costará 40 millones de eurazos. ¿Y eso quién lo paga? No…no me lo diga, prefiero no saberlo, no vaya a ser que tirando tirando del hilo, venga usted a decirme que eso, como todo lo demás, lo pagamos los de siempre, o sea, nosotros, a quienes en puridad bien podríamos llamarnos "los paganos". De hecho, mientras alguien no me explique bien explicado lo contrario, todos los gastos que generan los políticos, los pagamos los paganos.