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Revueltas en el mundo árabe, acampadas de miles de indignados, saqueos y vandalismo en Inglaterra…tiempo de disturbios crecientes, de malestar difuso, de cuestionamiento del sistema establecido ¿Son hechos aislados o signos de una profunda crisis social, económica y política?

Las redes sociales han tenido efectos imprevistos. Algunos padres, descubren ahora que sus hijos se han convertido en extraños monstruitos. Las convocatorias a través de la red son multitudinarias e inmediatas, tanto para bien como para mal; pueden ser para una fiesta sin límite de aforo o para una reivindicación sobre cualquier tema de actualidad, cogiendo a las llamadas "fuerzas del orden" desprevenidas.

Lo que cohesionaba a la sociedad del llamado "primer mundo" era un sistema económico conocido por "capitalismo". La famosa sociedad de consumo. Hemos vivido en un mundo, como nunca antes se había disfrutado. Sus ventajas han sido incuestionables, a costa, eso sí, de grandes desigualdades y pobreza en otros lugares del planeta. Dicho sistema, tiene un pequeño problema: necesita crecer de manera indefinida. Cuando para ese crecimiento, el mecanismo empieza a presentar averías de todo tipo.

Para poder vender más, es preciso aumentar el crédito. Pero un exceso de crédito (un crédito desbocado y sin garantías) hace que no se pueda devolver lo que se pidió, ni cobrar lo que se prestó. Entonces aparece la parálisis. El esfuerzo por producir más, a menor coste, induce a una automatización creciente. Las máquinas sustituyen el esfuerzo humano. Y el hombre de carne y hueso, que a diferencia de una máquina, come, se cansa o se pone enfermo, va quedándose en el paro. No hay beneficio sin estropicio. También el medio ambiente sufre con una industrialización sin freno.

Todo sigue funcionando igual para unos cuantos, que consiguen enormes beneficios, pero ¿Qué pasa con el resto que se van quedando por el camino, sin opciones reales de integrarse en el sistema? ¿Estamos inmersos en una metamorfosis, que nos llevará hacia un mundo sostenible? ¿A nuevas y mejores formas de vivir y trabajar?...

Un conocido grupo de "heavy metal" que nos visitó para dar un concierto, afirmaba en el "Menorca" lo que tantas veces hemos oído e incluso repetido: "No sabéis vender bien Menorca". Con la que está cayendo, un despistado que leyó la frase de pasada, se preguntaba el otro día, preocupado:

- Pero, ¿es que Menorca ya está en venta?