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La Ley de Emprendedores y de Apoyo a Pymes y Microempresas, presentada por el presidente del Govern para reactivar la economía de las Islas, ha sido bien acogida por todos los agentes sociales. Con ello, José Ramón Bauzá da un paso firme para cumplir con una de sus principales promesas electorales: apostar por la pequeña y mediana empresa como motor para salir de la crisis. En este sentido, las ayudas y medidas que recoge el Decreto Ley, que se aprobará a final de mes, además de reforzar y estimular el tejido productivo han de redundar por lógica en la creación de empleo. De la misma manera, se intenta acabar acertadamente con lo que se ha venido a llamar la 'cultura de la subvención', utilizada para promover nuevos negocios. Una vía que se había prodigado con un alto coste y deficientes resultados, incluyendo casos de evidente despilfarro. Sin embargo, la declaración de principios de la ley, con todas sus bondades, tiene todavía una laguna importante: que no va acompañada de medidas económicas para su desarrollo práctico. Desde el Govern se asegura que esta duda quedará despejada en la Ley de Presupuestos.

Una vez aprobado el cambio de rumbo de la política económica, será finalmente el mercado el que dicte sentencia.