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Las familias acaban el verano descompensadas; los niños vuelven al colegio con la cartera a sus espaldas llena y pesada, y la del bolsillo de sus padres termina vacía y ligera. Algunos profesores comienzan el curso sin hacer clase porque presumen que terminarán el año haciendo demasiadas. Otros ni lo empiezan ni lo empezarán. En fin, otra versión de la historia de siempre. Se habla de la educación, se discute, modifica o reforma, pero nada cambia.

En una casa cualquiera un niño mira a su padre "papá, en una memoria USB cabe toda la información que acumularé en la escuela, y podría añadir la de la carrera que luego hiciese y las de todos mis amigos sin mayor problema, entonces, aclárame, ¿porqué todavía usamos libros de texto, que pesan tanto y ocupan demasiado, porqué no en todo caso se usan como apoyo, en casa siempre o en la escuela, y no como carga de un sitio para el otro?". El padre capta en la mirada de su hijo su misma incomprensión, se encoge de hombros, tira de la punta de sus labios hacia abajo y le devuelve la mirada como diciendo "parece ser que en este mundo mandan más las editoriales que la lógica y éstas van a lo suyo, siguen haciendo su agosto en septiembre" y sin nada más que poder decir agarra la mochila y decide llevarla él, no le librará de la tontería pero al menos decide quitarle peso.

En una escuela, mientras el profesor dibujaba a tiza en la pizarra un cuadrado, que le quedó algo redondo, al lado de un rectángulo de trazo ciertamente tembloroso, un niño escribía a boli sobre su libro de matemáticas, el profesor se gira y apuntando a sus peculiares figuras pregunta al niño que ve distraído y escribiendo en el libro, "a ver tú, , dime, ¿en qué se diferencian estas dos formas?" El niño aludido en ese tú sin nombre, levanta la mirada y tras un breve análisis de lo dibujado en la pizarra responde: "En que en uno quiso hacer un rectángulo y en el otro un cuadrado". Suena la campana del patio, se terminó la clase. En el recreo, decenas de niños, juegan o navegan con sus móviles, algunos buscan en Google la solución a dudas que les quedaron en las aulas, otros ahondan información con Wikipedia, se mandan mensajes cifrados, hacen videos y los editan, fotos y las modifican, también aprovechan para acceder a sus cuentas de twenti, twitter y facebook, se ponen al día, o más bien al minuto, alguna pelota corre por el suelo y algún niño va detrás de ella, otro par se persiguen mutuamente pero sin dejarse atrapar. El profesor mira desconsolado desde una de las ventanas de la clase que da al patio, tiene sobre sus manos el libro en el que antes escribía el niño, abierto por la página escrita, ya lo ha leído, y ponía esto:

"El maestro vestido de dinosaurio enseña a las pequeñas liebres a ponerse el disfraz de tortuga y juntos pasaban las horas en el acuario-museo."