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Ha abierto una tienda nueva que se llama "Amazon.es". En realidad, es una sucursal de la que ya existía en EEUU. Tiendas se abren y se cierran todos los días (sobre todo, se cierran) pero nos gustaría que la tendencia fuese abrirlas, por lo que implicaría para la creación de nuevos y necesarios puestos de trabajo.

Lo que tiene de particular este caso, es que se trata de otra tienda "on line". O sea, que funciona a través de una pantallita. Los ordenadores y sofisticados móviles actuales parecen extensiones de ojos y oídos, que ensanchan de manera palmaria el horizonte vital de nuestras posibilidades. Cada vez, podemos hacer más cosas a través de la red.

Dijo aquel ricachón, con su tosca filosofía, que para él los negocios no se crean ni se destruyen, sino que se transforman. Y estamos en plena temporada de transformaciones. Eso de comprar y vender es tan antiguo como el robar, pero mucho más positivo. ¿Qué te puedo ofrecer? ¿Qué me puede interesar?

Para presentar su página web en español, el fundador y consejero delegado de Amazon, Jeff Bezos, recuerda en una carta muy amable que su empresa funciona desde el 15 de julio de 1995 y que ese mismo mes, ya enviaron un pedido a Burgos. Se trataba del libro "The World in 2020: Power, Culture and Prosperity". Curioso título. Me pregunto quien fue el cliente burgalés misterioso que quiso avanzarse a los acontecimientos, imaginando (leyendo) sobre el enigmático futuro que nos espera. ¡Nada menos que en el año 2020! Si solo estamos en 2011 y la cosa ya va así, espero que el libro aún siga existiendo. Me gustaría enterarme por lo menos del resto de calamidades.

Hoy, desde casi cualquier rincón del planeta podemos pedir productos y recibirlos en casa. Pienso en las librerías tradicionales (que tanto he amado) y me entra una cierta morriña en edición de bolsillo. En el comercio, el contacto personal y el trato vendedor-cliente siempre han sido un factor determinante. Pero ante los adelantos técnicos que disfrutamos, no podremos ponerle puertas al campo mucho tiempo. El negocio es el negocio. Y aquí no hay sentimentalismos que valgan.

Tantas innovaciones, harán cosquillas a la industria que ha triunfado hasta ahora. Puede haber efectos secundarios adversos; pues en un sistema de libre competencia, el éxito de unos va seguido muchas veces del ocaso de otros. El grande intentará comerse al chico, como ha ocurrido siempre. Pero habrá también muchas oportunidades de mejora para quien esté preparado y dispuesto. Se trata de potenciarlas y saber aprovecharlas.

Necesitamos innovar para poder salir de esta pesadilla que se muerde la cola.

Cantaba Marisol que la vida es una tómbola. Pero la vida también es una tienda que se renueva cada día. No conocemos otra manera mejor de subsistir, que vendiendo y comprando cosas. Solo así podremos conseguir el "power", "culture" y "prosperity", que tanta falta nos están haciendo para el futuro.