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La inclusión del Corredor Mediterráneo como eje prioritario de la Unión Europea en la futura red de transportes ha levantado grandes esperanzas entre el Govern, las patronales y las cámaras de comercio de Balears por los beneficios potenciales que puede tener para las Islas. El presidente de la Comunidad, José Ramón Bauzá, afirma que "todo son ventajas". En principio, el proyecto ha suponer una reducción de costes en las empresas, tanto en las exportaciones como en las importaciones, lo que ha de redundar en la competitividad. Por otra parte, se apunta la potencialidad que tendrán los puertos de la Comunidad al ser "la puerta de entrada" a un frontal marítimo conectado con el resto de países europeos. Si se cumplen las expectativas creadas en torno a este ambicioso plan, que tiene un horizonte fijado en 2020, Menorca debería soltar buena parte del histórico lastre de los costes de insularidad que soporta el tejido empresarial, aunque todavía es pronto para cuantificar en qué medida. En cuanto al tráfico portuario, las administraciones locales tendrán que planificar y definir el futuro de los puertos de Ciutadella y Maó con una visión global para estar bien posicionados y no perder el tren frente a nuestros vecinos y competidores del Archipiélago.