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Creo que nos hemos pasado…

¿Cómo?

Creo que Jauja ha quedado atrás…

Entonces nos estamos alejando…no puedo dar la vuelta en plena autopista…

¡Pues si que estamos bien! Vete a saber a dónde llegaremos ahora…

Pues si, señores. Jauja ha quedado atrás. Nos estamos dando cuenta de forma algo dramática, de que esto ya no es Jauja y que tardaremos muchos años en poder volver allí.

Con lo bonita que era. De hecho, se le puso este nombre a cualquier situación de prosperidad y abundancia en alusión a un bonito valle del Perú, famoso por la inmensa riqueza que albergaba en su territorio.

Recuerdo al grupo Traginada, cantando "Anem a Xauxa": "allà on sa misèria mai s'ha conegut, i no domina sa llei de s'embut". Parece ser que algunos consiguieron llegar y se lo pasaron de fábula; pero no hay bien (ni mal) que cien años dure y hemos sido desterrados de aquel lugar de ensueño, de golpe y porrazo, de la noche a la mañana, "dit i fet". Vuelve a dominar la miseria por todas partes y pronto nos aplicarán la famosa ley del embudo.

Cuando estábamos en Jauja nos regalaban el dinero. Uno se podía forrar en dos días si era un poco espabilado. Las subvenciones, contratos y comisiones, iban y venían a la velocidad del neutrino. No digo que todo eso fuese bueno, pero la gente no se quejaba. Algunos no sabían ni quien era Merkel y, por si fuera poco, "ses al·lotes…eran guapes totes i bones de fer un favor" ¡Qué tiempos aquellos!

Jeremy Rifkin escribió un libro que parecía de ciencia ficción (era el año 1995): se titulaba "El fin del trabajo". En él se refiere al impacto de las nuevas tecnologías y a la globalización como creadoras de un desempleo estructural, al sustituir al trabajador o mano de obra, por la productividad creciente y obediente de las máquinas.

Todo parece indicar que estamos asistiendo al fin de algo y al comienzo de otra cosa diferente, nueva, apasionante y desconocida. Rifkin lo llama la tercera revolución industrial, que traerá consigo la aparición del tercer sector o economía social. Los nuevos puestos de trabajo vendrán a través de la combinación de nuevas formas de energía (renovable) y la comunicación planetaria que ya conocemos todos, gracias a Internet.

Respecto al sistema que nos ha llevado hasta aquí, podríamos exclamar: "S'ha acabat el bròquil!", una expresión catalana que viene muy bien para la ocasión.

Entonces, "bròquil" ¿quiere decir, dinero?

El dinero no se acaba, lo que se acaba es la confianza para prestarlo…

Dice Angela Merkel que a Europa le queda una década para sanear sus finanzas…

¿Tú crees que Jauja existirá para entonces?