Mahón 19-11-1954. De izquierda a derecha, Nelson y Mario junto a su padre Juan Gomila Sirerol en Inbime. Foto remitida por el Sr. Staphan R. Lewor de Toronto - Canadá

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Aquella barriada tan singular que ahora se la conoce por la del Carmen, antes "es barrio", estaba compuesta por toda clase de vecinos. Lógico. La Plaza de San Roque, tan distinta a la actual, desprovista de asfalto, en su lugar tierra, piedra y alguna que otra roca principalmente junto a los bordillos de las aceras, residuos de cuando éstas fueron hechas. Y la fuente en el centro, esculpida por uno de los muchos artesanos de la piedra de Menorca, a la que tan poca importancia se le dio al derruirla.

En el lugar se encontraban tres casas relevantes. Dos en la acera subiendo a mano derecha según se venía de la plaza de la Miranda: la casa Ponsetí y la de los Florit. La tercera rotulada con el número siete, en la acera de enfrente. De las tres edificaciones, la más moderna, con significativo enmarcado de su puerta. Su portal en mármol, del que tantas veces hablé, el preferido por las niñas. Nos encantaba sentarnos en el mismo, a la vez que tantas molestias prodigábamos a sus propietarios principalmente a doña María Sirerol Vallés (13-4-1893. 6-4-1982) .

Don Juan Gomila Borras (22-3-1891. 24-6-1961), del cual ya escribí el 12 de abril del 2008 en el apartado de la bisutería y sus bisuteros y en otros artículos. De este señor recuerdo que llamaba la atención por muchas cosas. Entre otras, su porte, diferente al resto de vecinos. Siempre iba trajeado, corbata, muy elegante. Era evidente que algo lo diferenciaba "des vesindari". No tan solo en el vestir, en el hablar, en sus ademanes, educadísimo y correcto, incluso con los niños y niñas que jugábamos a la hora de su regreso a casa o que salía de la misma. Un gesto, un "hola guapos…". "Sempre el vèiem des mateix tenor" .

En aquellos tiempos, la casa nº. 7, era la única que disponía de cuarto de baño, el ventanuco de aquella estancia daba al patio del taller de casa Gori, al cual pidió permiso para poder abrir y disponer de ventilación. Algo que demostró la gran amistad y complicidad de ambos. Para Gori don Juan Gomila Borrás significaba "un homo de seny, un homo cabal".

Sin duda alguna, Gomila Borrás ha sido el empresario más destacado de cuantos han nacido en nuestra ciudad. En el siglo XX, Menorca contó con hombres destacados, pero si se analiza uno por uno su estatus, se lleva la palma.

Parece ser que su padre, también fue uno de los más importantes de 1800 en la construcción de coches como llamaban a los carruajes que conducían los señores, conocidos por galeras. Fue el primer constructor que se atrevió a fabricar las destinadas al transporte de pasajeros, que hacían la ruta o enlace hasta Ciutadella parándose en los pueblos. No me extraña del buen gusto de mi vecino al que hago referencia, su padre también lo fue, demostrándolo en los acabados de aquellos carruajes, forrados esmeradamente con terciopelos rematados con galones y cómodos almohadones, según me explicaba el de la motora. Otro detalle que debo añadir, fue el primer constructor que puso cristales a las ventanillas de los mismos. De ello se habló por mucho tiempo. Fue algo muy importante a la vez que muy novedoso.

Por supuesto que en aquel taller de la calle de Buenaire no tan solo se hacían los carros que demandaban los transportistas de pasajeros, también servían los clásicos carretones familiares y el primero para uso mortuorio, el más lujoso de cuantos hubo.

Recuerdo que siendo muy pequeña, al paso de un carretón, mi padre comentó, "con tan solo ver los barrotes, ya se sabe que está hecho d'en Gomila". Por lo visto los torneaba dándoles una pincelada que no era preciso firmar de dónde procedía.

Volviendo a don Juan Gomila conocido por haber sido el primer presidente del Fomento del Turismo, presidente del Ateneo Mahonés, con el cual siempre estuvo tan vinculado, no en vano con tan solo 18 años hacía las veces de profesor de inglés en el mismo centro. Los martes, miércoles y viernes de 9 a 10 de la mañana.

El señor Gomila era "un homo de món". Sus años en América, donde montó una fábrica de calzado, al regresar hizo siempre lo posible para que Menorca fuera conocida en el exterior, siendo el primer fabricante de bisutería que exportó, todos conocimos IMBIME. Dando continuidad a la táctica de los fabricantes de monederos de malla, algo que los llevó a todos a la banca rota por mor de la guerra mundial. El oro y la plata de nuestros talleres quedaron en los mismos y jamás se supo "no van cobrar ni una pesseta".

Muchas veces lamento que se hable del fenómeno turístico como algo actual, proveniente de los años cuarenta o cincuenta, cuando en realidad se estableció en nuestra ciudad un lejano 1909 titulándose Mahó Societat d'atracció de forasters i d'excursionistes. Después de cinco años de haberse fundado en Palma de Mallorca.

A principio del siglo XX, el verano de 1902, las empresas fletadoras de los vapores Menorquín y Nuevo Mahonés, organizaban viajes de recreo desde este puerto al de Argel. Expediciones a dicha colonia que a la vez hacía de puente entre una ciudad y otra siendo nuestra isla visitada por menorquines residentes en aquel lugar.

Aquella unión portuaria fue la que dio pie que en mayo de 1905 se llegara a organizar la carrera Argel-Mahón-Tolón, trascendiendo en la prensa mundial junto a la venida el año anterior del emperador alemán, Guillermo II, a bordo del palacio flotante, el Konig Albert. No olvidemos a la reina Victoria de Inglaterra y una infinidad de personajes de la realeza y del mundo artístico e industrial, entre ellos el propietario de la casa Krup, que años después aún recordaba su visita al puerto de Mahón, y su visita a Fornells.

Desde 1909 hasta 1932 en que quedo constituido el Fomento del Turismo, fueron muchos los hombres que lucharon por llevar adelante su propósito, entre ellos mi admirado don Ramón Bustamante, propulsor de las visitas guiadas como llamaríamos ahora. Todos los domingos se reunían cantidad de mahoneses y forasteros, descubriendo caminos y lugares que jamás hubieran soñado que existieran.

Aquellas excursiones promovieron el arreglo de caminos convirtiendo algunos de ellos en carreteras. Como fue el caso de la que conducía de Mahón a San Luís en 1926 y dos años después, se hizo lo propio desde aquella población a Alcalfar, que hasta aquella fecha se debía pasar por la finca de Biniancolla con su correspondiente inconveniente. Aún hoy son recordados por gentes de edad los problemas a la hora de intentar pasar encontrándose toda clase de obstáculos.

Despidiéndome de mi vecino y su familia, su esposa, sus hijos que siempre perdurarán en el recuerdo.
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margarita.caules@gmeil.com