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La Unión Europea prosigue con la reforma de su política pesquera común (PPC). El paquete legislativo presentado por la Comisión, que se está debatiendo, toma como punto de partida el Libro Verde de abril de 2009 y pretende asegurar las poblaciones de peces como el sustento de los pescadores de cara al futuro y acabar con la sobrepesca, en una región que concentra la mayor superficie marítima del mundo y 1.200 puertos. Aunque vivimos de espaldas a Bruselas, la normativa emanada de las instituciones europeas acaba por afectar, más pronto que tarde, al tejido productivo menorquín. El sector pesquero atraviesa una situación delicada por la caída del consumo y el desequilibrio existente entre los costes- esclavos en buena medida de la escalada del crudo- y los precios de venta. El Govern ha conseguido introducir en el proyecto de dictamen de la reforma enmiendas tendentes a que se reconozca el hecho insular, además de subrayar la importancia de la pesca artesanal. Este esfuerzo ha de mantenerse cuando la reforma de la PPC quede definitivamente aprobada, pues será su desarrollo normativo el que concrete los beneficios que el reconocimiento de ambos conceptos reportará en la práctica para los pescadores de Menorca.