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El puerto nuevo de Ciutadella fue muy polémico mientras se construyó por el incremento progresivo y desproporcionado de su coste y ahora, al entrar en servicio, lo sigue siendo por las carencias en materia de seguridad. En ambos casos, hay que exigir a la administración una actuación más responsable. Ya no se trata de que sea necesario cerrar el puerto cuando arrecia un temporal, sino que la inseguridad se produce en el interior, en la zona abrigada, debido a una agitación que no se ha resuelto. Ello lleva a cuestionarse si el modelo que se diseñó era acertado y si realmente los técnicos no vieron o no resolvieron este importante aspecto. Ahora se inicia la temporada de invierno, cuando la incidencia del mal tiempo es más frecuente. Será el primer invierno de un puerto de Son Blanc que se construyó para resolver los grandes inconvenientes de la rada antigua, donde la "rissaga" afecta a la seguridad. De hecho, resolver este problema fue la espoleta que provocó un acuerdo político imposible, adoptado bajo la presión de Jaume Matas, que no dejó operar a las navieras ante cualquier aviso de "rissaga". Era un problema endémico de un puerto histórico. Lo que no se comprende es que pase algo similar con un puerto nuevo y caro.