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El día de la lotería estrenamos gobierno e invierno, además del sorteo.

Las crónicas hablarán de cualquiera de estos tres acontecimientos, sobre todo del nuevo gobierno, al que la situación de crisis que atravesamos no le va a dar los 100 días de cortesía, que eran otra más de esas leyes no escritas.

Le deseo al nuevo gobierno que tenga el acierto de hacer las cosas bien y que el éxito les acompañe. Muy mala cosa sería que fracasaran. Es menester tener la conciencia embarrada en un albañal para desear que este gobierno o cualquier otro fracase en su trabajo. Algunos habrá que lo deseen porque siempre hay tontolabas dispuestos a quedarse tuertos con tal de que otros se queden ciegos. Dicho esto, conviene apuntar otras circunstancias que se deducen, directa o indirectamente, del historial de los nuevos ministros/as. Por ejemplo el caso del señor Gallardón. No se me alcanza la razón de por qué el señor Gallardón, don Alberto, tuvo siempre en mente la idea del ser ministro habiendo sido ya presidente autonómico por Madrid y alcalde de la capital de España, que por cierto, deja la que fue su alcaldía como la más endeudada del país. Tampoco entiendo por qué se presentó para alcalde hace 6 meses cuando se supone que Rajoy ya le tenía en mente como ministro, salvo que estas cosas tan importantes "se vayan pariendo" sobre la marcha. Siendo mal pensado, o quizá no, todo haya sido una maniobra meditada y bien pensada para asegurarle más tarde a la señora Botella su sucesión. Por otra parte déjenme decir al hilo de esta cuestión, que algunas personas le deben estar particularmente agradecidas a la política por la "vida muelle" que les ha brindado: el señor Aznar con su sueldo de presidente de por vida, amén del de asesor de no sé cuántas empresas, los libros que ha publicado también gracias a la política, su señora con el sueldazo de vicealcaldesa y desde ya, de alcaldesa. Media vida con chófer y coche oficial, sin enumerar otros privilegios y con sueldos multimillonarios. ¡Hombre! Así da gusto. Sobre todo cuando miles de familias españolas tienen que andar dándole gracias a Dios de que entren en su casa 1.000 euros al mes, y muchas ni eso.

Un ministro que tiene ante sí un ministerio que por sí solo, con nombrarlo, ya da dolor de cabeza, es el de economía. Pero el nuevo ministro tiene de entrada valedores, por ejemplo Pedro J. Ramírez ("El Mundo"), que decía en la COPE, entre otras cosas, que "Luis de Guindos conoce las claves de la economía".

¡Hombre!... Pues… sí, si mal no recuerdo fue director en España de Lehman Brothers cuando aquel gigantesco banco se declaraba en quiebra iniciando en América una crisis financiera que acabaría por arrastrar a buena parte del mundo a una crisis terrible. Ojalá que ahora acierte porque "lo otro" no es precisamente un aval muy lucido, digo yo.

Me ha llamado la atención que sólo cuatro mujeres vayan a ser las ministras del primer gobierno Rajoy. Se ve que eso de las proporcionalidades lo ha dejado para mejor ocasión.

Analizando mínimamente el currículo de los actuales ministros/as, una cosa sí está clara y lo celebro: Rajoy debe tener para sí aprendido en cabeza ajena, que los experimentos hay que hacerlos con gaseosa, nada de experiencias por estrenar, y ha elegido presidir un equipo que lleva un aval consigo de años de experiencia política. Ahora falta que cohesione bien y que el director de orquesta les exija y consiga resultados.