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El presidente del Govern, José Ramón Bauzá, despachó el miércoles con los ocho alcaldes de Menorca. Escuchó sus numerosas reclamaciones, entre otras las que se refieren al pago de una deuda que supera los trece millones de euros y que afecta a la actividad diaria de la administración más próxima a los ciudadanos. Los alcaldes saben muy bien que no pueden gestionar ignorando la dura realidad económica, que deben aplicar principios de austeridad, sin embargo precisan del dinero que necesariamente ha de transferir el Govern para poder servir a sus vecinos. En este sentido, el presidente no puede limitarse a escuchar las quejas sino que ha de ofrecer soluciones, al mismo tiempo que pide la implicación de las administraciones locales para la reducción de la deuda pública. Situaciones como la falta de recursos del geriátrico municipal de Ciutadella o los problemas relativos a la calefacción de centros docentes han de ser evitados por la administración autonómica. La sociedad se ha mostrado hasta ahora comprensiva con buena parte de los ajustes económicos, sin embargo la política ha de servir para establecer prioridades. Los alcaldes han planteado algunas de ellas, a la espera de una respuesta comprometida por parte del Govern y de su presidente.