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En lugar de promover la unidad de la Unión se está fomentando el alejamiento y la animadversión. Los griegos no pueden ver a los alemanes y viceversa. Los ingleses desconfían de todos y más del eje franco-alemán. Los del norte piensan que los países del sur no cumplen y se lo pasan "de coña" gastando mucho más de lo que ingresan. Los franceses están celosos de los éxitos hispanos y se visten de Napoleón cuando nos ponen –me refiero a la economía– de mal ejemplo. Y fuera de la Unión, Suiza se convierte en el refugio del desconfiado dinero europeo y sigue ajena a las penurias de sus vecinos. Su lema de "mejor solo" le sigue dando resultado, mejor dicho, dividendos. Mientras en Europa solo se hable de dinero no creo que se aliente la esperanza. Sin intención de descalificar a los abnegados burócratas de Bruselas, habrá que preguntarse ¿dónde están los políticos? En Grecia e Italia han sido sustituidos por técnicos, Papademos y Monti, que ponen orden. En el siglo V a.C. Clístenes, Efialtes y Pericles desarrollaron la democracia pagando una retribución a los 3.000 ciudadanos de la Asamblea, para que los que tenían poco dinero también tuvieran voto. ¿Dónde están hoy los líderes que velan por el auténtico tesoro?