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Una sentencia del Tribunal Supremo ha sido reinterpretada y reconducida por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña para institucionalizar la desigualdad social en aquella región. Así, solo los ricos podrán continuar dando una educación bilingüe y cosmopolita, diferenciada, a sus hijos mientras que el resto, los hijos del 'populacho', los que no pueden pagar el cosmopolitismo educativo, deberán ser instruidos en la lengua minoritaria regional. Clases. "Up and down".

Pero eso sí, y "en revanche", las familias que lo deseen podrán expresar su deseo de que sus hijos sean estigmatizados como "niños marginales" (solo les faltará ser marcados con algún signo exterior identificador para anunciar su anomalía) si se presenta instancia ante el juez para solicitar individual y expresamente que puedan recibir enseñanza bilingüe en castellano y catalán.

Efectivamente, poder estudiar también en la lengua común del Estado al que pertenece Cataluña ha sido expresamente desechado por ese tribunal regional a menos que un padre se declare insumiso y decida que vale la pena que sus hijos sean unos marginados sociales. Ese chantaje al sentido común, ese empobrecimiento que enquista en la sociedad catalana el derecho de algunos a continuar teniendo una mejor educación que otros para "heredar el mando sobre sus connaturales peor preparados" es la perpetuación de las diferencias sociales. La lucha de clases sigue en 2012. Pero esta vez a la inversa.
Esa prohibición es saltada alegremente por las castas pudientes catalanas, sí esas mismas que han apelado la sentencia del Supremo, ya que todos sus hijos reciben educación internacionalista y multilingüe en los colegios privados "high class" donde les matriculan.
Hace unos años me topé, choqué casi, en la esquina de Travessera de Gràcia con Via Augusta (en la Plaza Gala Placidia, en Barcelona) con Artur Mas. Allí cerca vive mi tía. Casi nos dimos de bruces. Lo conocía como subteniente de Pujol y por haberle visto deambulando alguna vez por el Puerto de Mahón. En el encontronazo nos contemplamos unos segundos. Inmediatamente recordé que mi "chocador" estaba casado con una extranjera, que hablaba castellano en su casa (como el cordobés Montilla) y que llevaba a sus hijos a un colegio de élite trilingüe. El debió de preguntarse "¿Quién es ese tipo que osa mirarme de esta manera tan insumisa?" Sí, eran aquellos tiempos en que algunos confundían la pinta de Mas con la de un eficiente dependiente de la tercera planta del Corte Inglés, sección sastrería, departamento de grises. Decían que encajaba. Bien, Más ha ascendido en la escala social, y ya no se le puede confundir. Solo identificar. Ahora sigue siendo un comedor de langosta menorquina pero, al menos ya se sabe que no trabaja en la empresa de Isidoro Álvarez. Pero sigue cortando trajes a la medida de las obsesiones del nacionalismo más radical.

La obsesión de algunos catalanes al identificarse con su apreciada lengua (que también lo es para mí) raya con la enfermedad. Nadie discute que se defienda el uso y el estudio de su lengua catalana. Lo apoyo con moderación. Pero esa voluntad de quererla y amarla no cuadra con la obsesión por quererla imponer de forma unilateral a todos por "balls". En época de supuestas libertades las cosas no deberían de funcionar así. Contrariamente, al imponerla, la hacen odiosa para muchos. Flaco favor.

Decretar el estudio del castellano (2 horas a la semana) como si fuese una "maría" más es ridículo. Eso no garantiza su conocimiento. Una cosa es saberla hablar/chapurrear y otra saber expresarse correctamente. Los conocimientos gramaticales y de sintaxis solo se aprenden en la escuela y eso necesita más de unas horas a la semana. Con el nivel actual solo se fomenta lo "macarrónico". ¿No sería deseable que la educación fuese trilingüe (un tercio de asignaturas en catalán, un tercio en castellano/español y el resto en inglés)?. Si así lo desean los políticos catalanes para sus propios hijos ¿por qué no lo quieren para el resto? ¿Por qué institucionalizan la desigualdad? ¿Por conveniencia de casta?
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Notas: -
- Juan Roig (Mercadona) apela a trabajar como chinos para poder vivir como españoles. That's it.
- Otra vez la Ley de Murphy actúa en Menorca: Ahora nos suben la gasolina. ¡Ya vale, ¿no?!.
- ¿Cuándo se sabrá la verdad verdadera sobre el 11-M?
- Muy documentados los escritos sobre el Puerto de Mahón de Luis Barca y otros amigos. Sensatos.
- Hace unos días se preguntó a Santi Tadeo:"¿No es exagerado que para gestionar la vida de 80.000 menorquines se necesiten un CIM y ocho ayuntamientos con más de 1.000 funcionarios / empleados? "!Si mateix!".