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La Fira del Camp es un motivo de encuentro festivo del sector agrícola-ganadero y una oportunidad para que el resto de la sociedad se acerque a esta actividad tan arraigada en nuestras raíces culturales. El concurso morfológico de la vaca frisona es también un aliciente para la mejora de la raza y productividad. Sin embargo, es igualmente el espacio adecuado para reflexionar sobre las graves dificultades por las que atraviesa el campo. De hecho, el conseller balear de Agricultura calificó ayer la situación de "insostenible" debido a las trabas que encuentran las fincas para aumentar la rentabilidad y competitividad. El problema no es nuevo, porque el declive se arrastra desde hace años, aunque ahora se ha agudizado en el contexto generalizado de la crisis. Por ello, el anuncio realizado por el Govern de que está presionando a Madrid y Bruselas para que se compense la insularidad es una buena noticia. El incremento de costes y el abaratamiento del precio de venta de la leche son dos males que tienen en jaque a las explotaciones. Pero desde el propio sector también se ha de seguir trabajando en la diversificación y la promoción de los productos autóctonos. Y se ha de hacer desde la unidad. Una idea a estudiar es la propuesta de UCABAL de fusionar las cooperativas para optimizar recursos y servicios.