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El desmantelamiento de las instalaciones de CLH en Cala Figuera abre un abanico de opciones sobre su futuro y se convierte en un ejemplo de cómo el puerto de Maó tiene una gran capacidad de generar ilusión y actividad económica. De momento, el Ayuntamiento, que ha recuperado, a través de su alcaldesa, la iniciativa respecto del puerto, habilitará un aparcamiento, lo que será un factor de dinamismo para la zona que concentra buena parte de la actividad náutica y de ocio. La revisión del plan de usos ha de plantear todas las opciones de desarrollo de la zona portuaria. Ahora, Cala Figuera también suscita el interés de un grupo inversor suizo para construir un hotel, cuando CLH pretenden la venta de los terrenos en un plazo breve. Es una muestra más del atractivo del puerto, donde tienen cabida actividades muy diversas que puedan superar una etapa de cierta apatía que se prolonga excesivamente. Una propuesta privada no debe condicionar la planificación de las infraestructuras públicas, pero la gestión portuaria precisa de la capacidad y la agilidad para hacer compatibles los proyectos que ayuden a generar actividad económica y que devuelvan al puerto el papel protagonista que necesariamente ha de recuperar.