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Las voces críticas que surgieron hace meses en el PSOE de Menorca por la forma de gestionar el partido –la labor de Zapatero fue suspendida en la Isla prácticamente por unanimidad– no habían conseguido imponerse ni en el Congreso nacional ni en el balear, pero en Menorca han triunfado. Vicenç Tur, que ha formado parte de la Ejecutiva dirigida por Marc Pons, tiene ahora la misión de aprovechar la fuerza de la discrepancia para encontrar otra forma de gestión que permita recuperar un partido debilitado. Tur, como nuevo secretario general, ha optado por un equipo que no incorpora a Marc Pons y solo a dos personas de la anterior Ejecutiva. El resultado de esta decisión es que el PSOE divide el poder entre Vicenç Tur, con un control total del partido en el ámbito insular, y Marc Pons, como responsable del trabajo de oposición en el Consell. Experiencias anteriores con esta bicefalia en distintas administraciones no han dado un buen resultado y a menudo han afectado más a quien ejerce en las instituciones que a quien controla el partido. La comunicación entre las dos esferas deberá encontrar una vía eficaz. Si no se consigue, puede surgir el conflicto. Vicenç Tur asume ahora un reto atractivo, como es que los militantes se ilusionen y los ciudadanos recuperen la confianza.