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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reconoció ayer que "no está en disposición de dar buenas noticias a los españoles" sobre la situación económica, pero expresó su convencimiento de que las medidas aprobadas, entre ellas los "duros" Presupuestos de 2012, permitirán que llegue pronto la recuperación.

Unas medidas ante "las que no hay alternativa" -si la hay, sería "infinitamente peor", proclamó el líder de los populares- y que "no había más remedio" que promover, dada la gravedad y "extrema dificultad" de la situación en la que se encuentra la economía española.

En su segundo desplazamiento a la sede de Génova desde que es presidente, Rajoy protagonizó la reunión de un Comité Ejecutivo Nacional en el que no se ha escuchado ninguna crítica ni a los resultados de las pasadas elecciones andaluzas y asturianas, ambas por debajo de las expectativas, ni a las medidas económicas, marcadas recientemente por la puesta en marcha de los Presupuestos.

Ayer cumplió el líder del PP 102 días al frente del Ejecutivo y eso lo recordó él mismo para defender su gestión. Afirmó que su Gabinete "sabe lo que hace" y que les guía "un plan de Gobierno sin improvisaciones", y si bien ha reconocido que la coyuntura es "dura" y "de extrema dificultad" animó a sus compañeros de partido a explicar las medidas que había que poner en marcha sí o sí.

"Y ojalá dentro de un tiempo, ojalá que sea corto, nos acordaremos del Comité Ejecutivo de hoy", destacó antes de proclamar que su Gobierno no variará el rumbo e incidirá en esta senda reformista que permitirá a España "salir bien" de la crisis, "estar donde le corresponde y ser un país fiable que tendrá palabra".

Pero ahora, con los ecos de la huelga general y de unos Presupuestos que conllevan ahorrar más de 27.000 millones de euros, aseguró: "Yo no estoy en condiciones de dar buenas noticias a los españoles, lo siento; pero he de decir que estaré en condiciones de dar esas buenas noticias".

Indicó que "este año no va a ser bueno" y que los ciudadanos tendrán que sacrificarse, de ahí que les haya pedido "comprensión", tanto si le han votado como si no. "Estamos poniendo los cimientos para la recuperación de España", declaró. Y justo después añadió: "Los cimientos no se ven, pero tener buenos cimientos es lo que nos permitirá construir la economía con solidez y eficacia".

"Sin prejuicios" y "sin hipotecas con nadie", la gestión de su Gobierno conseguirá que España salga de la crisis, concluyó.