TW
0

Domingo 20 de mayo, ¡oh sorpresa! Aparecen dos de mis mejores amigos en esta Isla: Javier Pujol Usandizaga y Javier Hernández Montesinos, alias "Quico", tocando un tema que creía ya solucionado. Pero cuando leo la página 16 del "Diario Menorca" me entero de lo que creía más que solucionado.

Entre mis amigos con mayúsculas están Gerardo Díaz Ferran, como lo estuvo Mario Conde, por lo cual si alguien quiere ser amigo mío se lo piense un par de veces. Pero el tema es el de siempre. ¿En qué manos estamos? Mario, un buen día, me despidió del puerto de Ciutadella con su yate "Pitágoras" diciéndome que no volvería jamás, porque le habían cobrado una fortuna por una noche en el club, sin servicio alguno. Cuando fui a pedir explicaciones me dijeron que si no le gustaba la tarifa, que no volviera. Y así una y otra vez con el yate "La Paloma" y veinte yates de amigos más. Esos yates y muchos otros daban vida y dinero al puerto: restaurantes, bares y tiendas. Pero lo grave, para mi persona, sucedió cuando Eduardo Caro, capitán del "Giralda", me llamó diciéndome que Don Juan venía al Restaurante Manolo de Ciutadella a cenar. Al estar el acceso del puerto cerrado, debían bajar por las escaleras frente al entonces concesionario Renault. Y llamé al responsable del Ayuntamiento para que las adecentaran (una mano de cal). Y salió la misma canción de siempre: esto está así y si no le gusta que no venga.

Don Juan no volverá y Mario, creo que tampoco, pero me resisto a creer que se repitan estas situaciones al tener al frente de nuestro porvenir, los puertos, a ineptos titulados protegidos por más de lo mismo. Esto es un paraíso a pesar de estas gentes. Pero no es que huela mal. Huele a podrido. Con cariño.