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El pasado mayo 117 personas de Menorca se beneficiaron de la Renta Mínima de Inserción, una ayuda que se concede a las personas que no tienen ingresos para satisfacer sus necesidades básicas y que oscila entre los 400 y 500 euros. Ante la urgencia de poder responder a más peticiones, debido a la crisis económica, el Consell se ha visto obligado a limitar el periodo de concesión de esta prestación social que refleja el desamparo en el que viven muchas familias. Además, se está produciendo un fenómeno que pone sobre la mesa los problemas por los que atraviesa la Isla, ya que la mayoría de los demandantes son de origen balear. Solo la solidaridad familiar hace que exista un importante volumen de ciudadanos que no se haya sumado a este programa. Uno de los datos preocupantes es que la edad media de los usuarios oscila entre los 24 y 44 años y que entre ellos crece el número de titulados universitarios y de FP. Son cifras tras las cuales se esconden dramas personales a los que la sociedad no encuentra solución y se apunta a la esperanza de que la temporada estival genere empleo. No obstante, la estacionalidad del trabajo y las incertidumbres sobre la temporada pueden provocar que el problema se incremente en otoño. Las administraciones deben estar preparadas para atender a los más necesitados.