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El nuevo aparcamiento que da servicio a Cala Mitjana ha generado un debate sobre si las obras se han llevado a cabo con o sin permiso. El PSOE cree que "no han tenido cobertura legal", mientras el equipo de gobierno del PP defiende la existencia de la autorización municipal. Es evidente que la administración debe dar ejemplo para que pueda exigir a los ciudadanos el cumplimiento de las normas. De todas formas, la polémica adolece de intereses partidistas. El aparcamiento permite resolver el impacto medioambiental que representa el parking junto a la playa, una zona de estacionamiento desproporcionada, y más si se considera que la medición de la superficie de arena estaba equivocada, lo que hizo que la cabida del aparcamiento fuera excesiva, incumpliendo la legislación. Por otra parte, los intentos de habilitar un aparcamiento lejos de la playa fracasaron en el pasado mandato, en que se incumplieron todos los plazos anunciados. El respeto a las normas debe ser compatible con la eficacia de la gestión. No hay que olvidar que para fomentar la economía se pone en marcha la licencia exprés, para que pueda abrirse un negocio sin esperar todos los permisos, con el compromiso de que el promotor cumplirá la norma.

Cabe preguntar: ¿cumple el nuevo aparcamiento la normativa? Si es así, será legal.