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La semana pasada un conocido político local, de los que "deciden cosas" (o como los tildamos en Menorca: de los que ahora "suren"), me comentaba en Mahón que cualquier día de esos llegarán órdenes desde Bruselas forzando a la concentración de Ayuntamientos y a la eliminación de administraciones interpuestas tales como Diputaciones, Consells Insulares, Cabildos,…. ¿Autonomías? (¿Será eso la letra pequeña del famoso rescate bancario de los 100.000 millones todavía sin descubrir?) Sí, el político hablaba de lo que muchos creen lógico. Efectivamente, cualquier día de esos pueden pasar muchas cosas. El horno no está para más bollos.

Parece que el sentido común (o la deseable igualdad social) indica que todos los ciudadanos de una misma realidad política debieran estar supeditados a unas mismas administraciones y a unas iguales normas para fortalecer la unidad efectiva de aquel hecho político. No se puede fortalecer algo sin previamente unificarlo. Y eso no ha ocurrido en Europa. Aún. Lo que comenzó como un mercado común del carbón no ha conseguido todavía anular las reticencias particulares de varios países que impiden formar unos efectivos y ansiados Estados Unidos de Europa. Y, claro, eso lastra la solución de cualquier problema que podamos tener.

Si en muchas partes de la Unión Europea la organización administrativa está bien esquematizada, en otras, por ejemplo en España, no sucede lo mismo. El estado autonómico es contrario a la idea de una Europa cohesionada, unida y uniforme. Las autonomías sirvieron durante un tiempo histórico para lubricar la cohesión del país después de la dictadura franquista. Un tiempo tasado y ya acabado. Desde el momento que España firmó el Tratado de Maastricht ¿no se sentenció al estado autonómico? Una Europa unida no admitirá administraciones superpuestas que refuerzan, alaban y halagan el amor por un localismo egoísta e insolidario. Ceder soberanía (no ganarla) será imprescindible.

Pero parece que ahora algunos se dan cuenta de que una Europa unida no es posible sin que todos los europeos marchemos en una misma dirección. Muchos han llegado a esta evidente conclusión solo cuando han venido mal dadas pero nadie pensaba en ello cuando los fondos de compensación / cohesión llegaban en incontables containers económicos. En buena parte no fue la economía doméstica la que modernizó las infraestructuras del país sino que lo hizo la ayuda europea. Hasta ahora se ha creído ciegamente en la ilusión de que sí era posible defender la desmembración "taifal" de España al mismo tiempo que se exigía una integración europea. Algunos defendían la famosa "Europa de los pueblos" escondiendo que su pretensión real era que Bruselas les financiase su idea de progresar hacia la formación de una nacioncilla más. Querían ser europeos pero, al tiempo, aldeanos. Un imposible metafísico.

Menorca es un buen ejemplo de amontonamiento de administraciones. Aquí estamos bajo el manto europeo, bajo el manto nacional, bajo el manto autonómico, bajo el manto del Consell Insular y bajo el mando de todos y cada uno de los ocho Ayuntamientos de la isla que regulan la vida de apenas ochenta mil habitantes. Y todo ello sin contar el manto cultural impuesto. Lidiamos 6 toros 6. Aquí vivimos bajo una mayoría de ayuntamientos quebrados e imposibles que provienen de la organización parroquial de siglos pasados. Un éxito evidente en tiempos de globalización y tecnocracia. Es natural que los impuestos abrasen a los menorquines: hay que alimentar a muchos.

Pero estamos en época de muda. Quizás forzosa pero inevitable. La evidencia económica y la imparable evolución tecnológica actual nos conducirán a una nueva organización política y social que dependerá de aquellas. Ya nada será igual. Tampoco las administraciones. Quizás vayamos efectivamente hacia el Gran Hermano orwelliano donde todo estará controlado desde un mismo centro de decisión pero dicen que así evoluciona la historia.

Notas:
- Semana importante y quizás decisiva para el PTI. ¿Podrán más las presiones que la pura lógica? ¿La conveniencia política que el sentido del deber? ¿El miedo escénico que la convicción firme? ¿Será también rechazada la tercera redacción del nuevo PTI?
- Clarificadora distancia entre políticos y ciudadanos: Mientras los del PSM, EM y PSOE rechazan la idea de reducir parlamentarios baleares, las encuestas muestran cómo más del 95% del pueblo llano está a favor. Una prueba de magnífica sintonía con el pueblo.