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Una de las principales formas de transmisión de la malaria es a través de la picadura de los mosquitos. Clavado el aguijón e incubada la enfermedad, el desarrollo de la misma conduce a la víctima normalmente a la muerte. Naturalmente existen vacunas y antídotos pero en muchas ocasiones los enfermos solo descubren sus síntomas cuando ya es demasiado tarde.

En política también existen enfermedades mortales que son transmitidas por picaduras ideológicas. Efectivamente ciertos cuerpos doctrinales, en principio alérgicos y que parecían históricamente vacunados, pueden ser finalmente contagiados por ideologías que contaminan sus principios fundacionales. En Menorca tenemos un buen ejemplo.

En nuestra isla el denominado "moskitus nacionalistis" hace ya años que clavó su aguijón venenoso en el cuerpo doctrinal, en las venas mismas, del socialismo obrero menorquín-español antaño jacobino e internacionalista. Desde entonces ese partido ha mutado en un alter ego a imitación de los que le injertaron su virus. Los estragos han resultado letales.

Después de aquella picadura inicial el PSOE menorquín, "empeltado" del virus, ha desarrollado una frenética actividad por asimilarse y asemejarse a quien le clavó aquel aguijón nacionalista. Constantemente podemos leer escritos y manifiestos de socialistas supuestamente obreros y españoles (según asegura su nombre) que sobrepasan en actitudes y exigencias a los mismos nacionalistas.

Muchos menorquines nos preguntamos ¿cómo es posible que personas supuestamente sensatas (que respetamos y por las cuales sentimos simpatía personal) como Marc Pons, Damián Borrás, Cristina Rita, etc. sean capaces de producir escritos de tintes absoluta, absurda y radicalmente nacionalistas? De verdad ¿qué mosca les ha picado? De forma increíble todos ellos han producido auténticos panfletos más propios de segregacionistas 'pesemeros' que de una izquierda solidaria con todos los pueblos del mundo.

¿Dónde está aquel PSOE menorquín de los inicios de la restauración democrática? Los que recordamos al histórico José Caules, a Deseado Mercadal, a Mendi, etc. suponemos acertadamente que se mecerían sus cabellos ante el espectáculo que presenciamos. ¿Dónde están los actuales Belarmino Menéndez, Borja Carreras, Tirso Pons, Miguel Gascón, etc.? Contrariamente los recientes líderes del partido han alentado aquella contaminación y han resultado tan nefastos tanto para la Isla como para el propio socialismo menorquín.

Mientras incubaba la picadura nacionalista el PSOE siguió detectando poder pero cuando ya aparecieron los inequívocos síntomas de aquella maligna enfermedad, el partido comenzó a perderse. Desde que en Mahón Ciudadanos les arrebató un concejal ya se consolidó su decadencia.

El pueblo constató que el progreso y la modernidad se ubicaban ahora en otros campos ideológicos. Hace ya un año que el PSOE menorquín ha perdido la mayoría de alcaldías, el Consell insular y todos los centros de poder pero ellos siguen erre que erre queriendo emular (superar) a los catalanistas profesionales que les envenenaron (¿un síndrome de Estocolmo?). Usan los mismos argumentos de los pancarteros subvencionados y repiten sus mismas consignas al tiempo que cacarean sus conocidas letanías dogmáticas.

¿Por qué han renunciado a su internacionalismo para abocarse a un nacionalismo simplista que no cuadra ni con sus estatutos originales ni con su historia? ¿Quieren basar su política de oposición en reivindicaciones que no apoyan la mayoría de sus votantes? ¿Cómo pretenden sacar votos de las grandes bolsas de habla castellana y de otros que no están obsesionados con el tema de la lengua, si se posicionan apasionadamente en su contra?

¿Tan pocos recursos o ideas tienen para ayudar a Menorca a retomar el camino del progreso que deben dedicarse a mutarse en furiosos radicales nacionalistas? ¿No han visto que esta subversión de los valores en su ideología les ha conducido al desastre? ¿Por qué esa manía en querer ser más nacionalistas que los propios nacionalistas fetén? De verdad, ¿qué mosca les ha picado?

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Notas:

- Parece que en fecha próxima se formalizará la delegación menorquina del Círculo Balear.
- Este puede ser un mes de julio para recordar en Mahón.