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Carta a la consejera de Cultura del CIM.

De nuevo, Hola Maruja:
En escrito anterior te hacía referencia a la sensación que tenemos muchos menorquines de estar perdiendo nuestra identidad cultural en su vertiente oral y lo que debiera ser su correspondiente expresión escrita. Este sentimiento se evidencia en numerosos comentarios y expresiones escritas en los "chats" de los medios de comunicación locales y es palpable en numerosas conversaciones privadas.

En aquel anterior escrito decía que es lastimoso ver como defender esas particularidades menorquinas sea despreciable para algunos que, defensores del nuevo colonialismo cultural que nos invade, pomposamente se creen los únicos representantes de la cultura en la isla. Son los que viven alejados de la realidad del pueblo menorquín que, a pesar de haber estado treinta años supeditado a la imposición de la forma lingüística estándar, sigue resistiendo en su afán por preservar nuestra forma dialectal refiriéndose a ella como "es menorquí". Como así lo ha hecho también la Historia.

Desde el siglo XVIII todas las publicaciones relacionadas con nuestra lengua se han venido refiriendo a "la lengua menorquina". Algunos someros ejemplos de entre una larguísima lista: 1762 ("Diccionario de la lengua Menorquina-Latina" Antonio Portella Yllurich, 1763 ("Diccionario Universal de la Lengua Menorquina") José Ramis y Ramis, 1780 ("Es nou método per apendre es castellà des de sa llengo menorquina") Antonio Febrer y Cardona, 1830 ("Gramática comparativa de la las lenguas Menorquina-francesa-inglesa e italiana") Julio Soler Siquier, etc. etc.

Diversos autores como Ramis y Ramis, Cardona y Febrer, Bernardo Cirilo Piris, José Hospitaler, Juan Fábregas Pascual, Miguel Parpal, Juan Benejam Vives, etc. etc. siempre se han referido al "menorquín". También existe numerosa bibliografía más reciente que preserva nuestro refranero, nuestras palabras … nuestras peculiaridades. Es lamentable que en vez de enseñárselas a nuestros hijos se prefiera imponer (por razones políticas) una forma lingüística alejada de nuestra tradición y costumbre.

La primera gramática catalana se imprimió en 1913, casi dos siglos después de que lo hicieran las gramáticas mallorquina, valencianas más antiguas y las menorquinas a las que nos hemos referido. Pero es necesario repetir, una vez más y todas las que sean necesarias, que defender estas particularidades y características menorquinas no significa repudiar la lengua denominada estándar. Sólo significa querernos a nosotros mismos. Respetarnos. Si no somos los propios menorquines quienes defendamos nuestra tradición oral y preservamos nuestras características escritas, nadie lo hará por nosotros.

Maruja, en el programa electoral de vuestro partido hay un punto referido a la defensa y protección de las características de nuestras lenguas insulares. Aparte de recordárselo a tus dirigentes, tú misma también, desde Menorca, podrías promover acciones específicas en defensa de esas características. Me permitirás que te sugiera algunas. Promover concursos de redacción a nivel insular en los que fuese preceptivo utilizar nuestros arcaísmos, nuestros anglicismos, nuestros artículos salados, nuestros modismos, nuestras frases, nuestras formas verbales, nuestras palabras propias y únicas, nuestros adjetivos, etc. Para que podamos "ser lo que somos".

También sería positivo que influyeras y ayudaras a que se volvieran a editar, aunque fuesen como referencia histórica, todas las gramáticas menorquinas que existen. También los diccionarios "menorquín-castellano" y los listados de modismos menorquines propios. Todo ello a la espera de que se edite algún día una gramática menorquina puesta al día donde se preserve para su enseñanza en los colegios de la isla todas nuestras características lingüísticas.

Promover conferencias, difundir nuestras particularidades en los colegios, etc. sería muy positivo. Podrías también influir en los medios de comunicación locales para que se utilice nuestra forma isleña y se alejen del estándar que, muchos creemos, nos empobrece como sociedad. ("El Bien Público" publicaba semanalmente en 1875 el diccionario manual Menorquín-castellano de José Hospitaler en una especie de fascículos. ¿Por qué no ahora?).

Se trata, Maruja, de no permanecer impasibles ante la desaparición del legado cultural que nos legaron nuestros padres. Ahora tú detentas el poder. Tuya es la responsabilidad. Un saludo afectuoso.

Nota
Un recuerdo emocionado e imborrable para el amigo que se fue, Paco Hernández.