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El Ayuntamiento aplica de hecho la cooficialidad de los topónimos Maó, en catalán, y Mahón, en castellano, desde minutos después de la aprobación de la modificación de la Ley de la Función Pública en el Parlament balear. Finalmente, no se ha celebrado un pleno extraordinario para adoptar esta decisión, sino que ha bastado un decreto del concejal de Servicios Generales, Salvador Botella, para que la oficialidad de los dos topónimos se aplique. La convocatoria de un pleno era una opción que se barajó cuando el equipo de gobierno del PP esperaba pactar esta cuestión con el PSOE, sin embargo Vicenç Tur ha preferido mantenerse al margen de una decisión que siempre ha sido motivo de polémicas. El acuerdo habría quizás evitado un referéndum sobre si la denominación catalana debe o no intercalar la "h", una cuestión que sin duda no es prioritaria, a pesar del compromiso del PP de que se celebre la consulta.

La oficialidad del topónimo en castellano era un compromiso electoral del PP y no sorprende a nadie que lo haya llevado a cabo. La forma puede crear discrepancias, aunque el resultado sea el mismo. El topónimo de Maó se aprobó en sesión plenaria y hubiera sido positivo que ahora el pleno también se pronunciara.