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El barítono Joan Pons se ha despedido de los escenarios en un emocionante acto en el Gran Teatre del Liceu, durante la representación de "Aída", la misma ópera que interpretó en enero de 1974, cuando Montserrat Caballé le dijo que cantaba en un registro equivocado. Las muestras de afecto y de respeto a este gran profesional han dejado huella en la historia de este teatro, en el que Joan Pons empezó su carrera hace 42 años.

Quedará en el recuerdo una gran trayectoria, la suma de tantas actuaciones, además de la que lo elevó a la cumbre, su "Falstaff" en la Scala de Milán, en diciembre de 1980. Varios medios han destacado la oportunidad del retiro, cuando otros consideran que todavía tiene voz para seguir en escena. Pero el barítono ciutadellenc lleva más de cuatro décadas viajando por todo el mundo para actuar en los mejores teatros de ópera y ahora tiene la satisfacción de volver a casa, sin billetes de avión en la maleta. Eso no significa que abandone la música. De hecho, en unos días actuará en Mallorca por una causa benéfica.

Entre las muestras de cariño, el cantante recibió el de sus amigos y del alcalde de su ciudad, además de los directivos del Liceu y de su coro y cantantes. Por esa gran carrera profesional y haber llevado siempre la Isla y Ciutadella en la maleta, hay que felicitar a este gran cantante.