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Agosto es el mes en que la máxima actividad turística debería abrir un paréntesis en la recesión, sin embargo los datos del paro demuestran el alcance profundo de la crisis. En Menorca, hay 690 personas más en el paro que el año pasado, con un total de 5.430 desempleados. Cada día son más los parados de larga duración que dejan de percibir el subsidio de desempleo, lo que afecta a muchas familias que viven inmersas en la penuria económica. El Gobierno, angustiado por la presión de los mercados y la opción del rescate de nuestra economía, debe evitar la tentación de aplicar los recortes en las ayudas sociales básicas. Es cierto que hay que evitar la pillería, luchar contra la economía sumergida y conseguir que las ayudas lleguen a las personas que más lo necesitan. Sin embargo, ayudas como la del plan Prepara, de 420 euros a quienes no perciben prestación alguna y siguen planes de formación, que concluye el 15 de agosto, no puede suprimirse sin valorar las consecuencias sociales. Cruz Roja y Caritas perciben cada día el incremento de la pobreza. No hace falta recordar a las administraciones públicas, que las personas sin recursos son el objetivo prioritario de cualquier política socialmente responsable.