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En un momento en el que el deporte insular anda un tanto deprimido por las penurias causadas por la crisis económica, dos nombres brillan con fuerza en el panorama nacional e internacional: Sergi Llull y Albert Torres. Menorca tiene motivos para sentir un profundo orgullo, ya que por primera vez dos deportistas insulares han coincidido en unos Juegos Olímpicos, los de Londres 2012. Y además han hecho historia al lograr unos éxitos sin precedentes. El jugador mahonés de la Selección Española de Baloncesto se ha colgado la medalla de plata y el ciclista de Ciutadella ha obtenido un diploma olímpico.

El caso de Sergi Llull es especialmente destacable por el impresionante currículum que presenta y que le confirma ya como el mejor deportista menorquín de la historia. Por su parte, Torres confirma su prometedora progresión que le augura un presente y un futuro excelentes.

Pero más allá de los premios logrados, ambos deportistas se están labrando una carrera a base de unos valores que han de ser ejemplo para los más jóvenes. La fama no les ha deslumbrado y siguen trabajando con humildad y demostrando un esfuerzo de superación. Enhorabuena a los dos.