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El Servei Coordinador de Drogodependències del Consell y la asociación AMUR llevan años advirtiendo de que la permisividad social respecto al consumo de alcohol es una de las causas que favorece el alcoholismo. Esa tolerancia se pone de manifiesto durante el verano en las fiestas de los pueblos de la Isla. El abuso preocupa cada vez más, según se ha podido constatar en las celebraciones de varias poblaciones. El incremento de las personas alcohólicas no se produce a corto plazo. Según los datos de 2011, los adictos piden ayuda tras 19 años de consumo habitual y cuando llegan a la consulta son bebedores diarios de alcohol. La mayoría de los nuevos casos que pasan por el Servei del Consell se refiere a este tipo de consumo, que a menudo va acompañado del abuso de otras sustancias. Aparte del programa Salut Jove, se llevan a cabo pocas iniciativas que pretendan cuestionar el abuso de la bebida durante las fiestas patronales. Quizás no se considere un tema prioritario, sin embargo las acciones preventivas en este campo son imprescindibles. El consumo de drogas parece que ha dejado de ser un tema social para convertirse en una cuestión de atención sanitaria y psiquiátrica. Se trata como una problemática crónica.