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No corren buenos tiempos para el sector comercial de Menorca. En los últimos cinco años 810 negocios se han visto obligados a cerrar sus puertas y en los tres últimos ejercicios se han perdido 388 puestos de trabajo. Las causas que han generado esta situación son principalmente dos, tal y como lo explicaba en nuestra edición de ayer el presidente de ASCOME, Vicente Cajuso: la existencia de una oferta sobredimensionada y la crisis económica. Aunque ninguna población se salva, los casos más preocupantes son los de Es Migjorn, Alaior y Es Mercadal, que han visto reducidas sus tiendas en un 40 por ciento. Ante esta coyuntura, y las características particulares de la Isla, la receta que proponen los expertos es la de acometer un profundo reajuste acorde con la demanda actual, una modernización de los establecimientos y trabajar en la especialización buscando nuevos nichos de mercado. En este sentido, es interesante la propuesta de ASCOME de estudiar conjuntamente con la Administración las necesidades de los clientes, en especial de los turistas. También será necesario cambiar de mentalidad en cuanto a los horarios de apertura para evitar que se produzcan disfunciones dadas las nuevas tendencias a la hora de comprar, tanto de los residentes como de los visitantes.