TW
0

A esa singular caja de Pandora, que según la leyenda debía mantenerse hermética y de la cual, cuando en tiempo remoto e impreciso se abrió, emergieron todos los "males…" –a excepción de un reducto esperanzador, que se supone permaneció inmerso y a la expectativa–, la volvió a "entreabrir", en esta procurada adaptación, el doctor en economía y derecho José María Gay de Liébana, el pasado 20 de setiembre. "Picapedrero de las finanzas y trovador de la contabilidad…", así se definió el acreditado orador en la presentación de su peculiar informe, al que volveremos. Antes, hace escasas semanas, ya había entornado, con sus elaboradas opiniones, el arca de la economía nacional en Es Mercadal, en las meritorias "Tertúlies d'estiu", que organiza el Ayuntamiento "mercadalino"; grato gentilicio –no reconocido académicamente– que acuñó con afecto, en sus artículos de "La Vanguardia", Horacio Sáenz Guerrero, vecino que fue de esa hospitalaria villa.

Como cumplidamente refirió para este rotativo Ángeles M. Obispo, en su ponderada crónica del pasado agosto, recordemos con brevedad que –el ponente catalán– expuso algunos desarreglos monetarios que, a su juicio, fluían en incesante goteo, por avería sostenida en los "canales" de nuestra economía. Por la frescura e inmediatez de la citada disertación, no ha de ser conveniente y acaso sea imprudente volver de nuevo sobre esos mismos pasos largamente andados. Insistir, únicamente, en su sensata reflexión, cuando nos exhortó a que todos debemos "sumar…" Obviamente, nada pudo manifestar, entonces, el afamado conferenciante, con respecto a una inmediata y significativa "resta…" de la caja de reserva de pensiones; que, como la de Pandora, debió, acaso por precaución, permanecer cerrada.

No obstante, esas consabidas incertidumbres en las finanzas, todavía no adiestradas, tuvieron su "línea roja" en el tema "peculiar" que se intuía en el prólogo. Y en esas…, nuestro particular César (Gay de Liébana) cruzó el Rubicón. El pasado 20 de septiembre, presentó en Barcelona su "Quinto informe anual sobre la situación económica del fútbol español y europeo". Y al cruzarlo y reabrir esa "futbolística" caja de Pandora tan especial, siempre emotiva y de euforia o desolación según corresponda, surgieron balones tan resbaladizos, como los que brotaron de esa fusilería de apuntes nada alentadores: "El fútbol español se muere; a la Liga le quedan cinco ediciones; cuando la tendencia económica marca la contención, vemos como en el fútbol cada vez se factura más. De los 5.477 millones asentados en 2002-03, se pasó a los 8.549 millones en 2010-11, aunque este crecimiento, aclaró, es un espejismo, pues se reduce casi exclusivamente al incremento destacado de Barça y Madrid. ¿Soluciones? Las de siempre, manifestó: racionalización del gasto, vuelco formal hacia la austeridad y mejorar los ingresos televisivos, con reparto equitativo entre los clubes." De inmediato, por si esa visión "apocalíptica" no fuera suficiente, intentó reanimar a los aficionados con la promesa de publicar un estudio mercantil dedicado a Mourinho, alusivo a los subsecuentes resultados financieros –nada encomiásticos, según adelantó– de los clubes por los que había pasado el preparador luso. Quizá para evitar suspicacias, no desmintió don José María ser partidario confeso del Espanyol. Pareció confirmarlo cuando, apoyándose en su fina ironía, le vio cierta "ventaja" a la propagada "autodeterminación" de Catalunya. El Espanyol, concluyó el catedrático barcelonés, se clasificaría cada temporada para la previa de la Champions y quien sabe si incluso podríamos -dijo- ganar alguna Liga. Confiemos los futboleros de buena voluntad, con independencia del grado de devoción, en que ese último reducto de esperanza al que nos referíamos, surja de la singular caja de Pandora futbolística y no permita, al menos tan pronto, que las predicciones deportivas del oráculo del profesor se vean cumplidas.