Leyendo el reciente cruce de declaraciones y acusaciones entre el PSOE y el PP sobre el tema de los recursos hídricos de la Isla me acordé de que en Ciutadella tenemos una desalinizadora nueva de trinca, pero muerta de risa. Está ahí parada confiando en que algún día sus motores suministren agua.
Pero es que en el mismo periódico aparecía otro edificio congelado en el tiempo, el complejo de Cala Llonga. Y entonces, hice un rápido repaso mental a los nuevos 'monumentos' que esperan adquirir o recuperar vida. En Maó, están los clásicos: el "Verge del Toro", el antiguo Hospital Militar, Villa Luisa y más recientemente el Pavelló Menorca, que ha adquirido un aspecto tristón. En Sant Lluís, nos saluda justo a la entrada el petrificado edificio de Sa Tanca y en el paisaje urbano de cada una de las poblaciones se pueden ver esqueletos de obras iniciadas aguardando tiempos mejores.
La lista es larga y seguro que cada lector tendrá una propia. Todos ellos son como el "Mouldi", naves varadas en el sueño de un destino que no acaba de concretarse.
Y ahí va una idea. Podrían hacerse rutas guiadas, ahora tan de moda, explicando las venturas y desventuras que esconde este parque temático de "mamotretos". Hay para no aburrirse.
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