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Podemos actuar por impulsos, corazonadas, filias y fobias. El sistema límbico por encima del neocórtex. Cuando percibimos una amenaza (real o imaginaria) concentramos nuestras energías en huir, atacar o defendernos. Sin tiempo para pensar, la urgencia nos lleva a actuar con rapidez y sin vacilaciones. Cuando oímos: ¡Fuego!, más de uno puede acabar pisoteado por la avalancha. Reacción instintiva de supervivencia. El miedo bloquea la razón, mueve montañas de gente y puede provocar estampidas. Con ¡Independencia!, esperemos que no cunda el pánico…

A nuestro alrededor encontramos ejemplos del pensamiento visceral que nos rodea, en un sentido o en otro. Motivos sentimentales, nos llevan a actos irracionales. La razón justifica, a posteriori, lo que ya hemos decidido emocionalmente. Y como el cuerpo enfermo reclama toda la atención cuando nos duele o incomoda, la politización excesiva puede ser un síntoma de patología social.

El Tao-Te-King dice: "Los mejores gobernantes son apenas conocidos por sus vasallos". Y si lo dicen los chinos, por algo será. En democracia tenemos que saber a quien elegimos, pero hay que dejar un tiempo para la vida personal, pues supeditarlo todo a una ideología colectiva nos fanatiza y empobrece. El Estado totalitario agobia, espía, reprime e intenta manipular con mensajes coercitivos. Aspira a intervenir en todo y a decirnos como tenemos que ser, hablar, pensar o actuar. Españolizarnos o catalanizarnos…son dos formas parecidas de cabrearnos. No es muy lógico que en un momento en que los Estados tradicionales se van quedando pequeños, surjan propuestas de nuevos Estados, más pequeños todavía, como la solución ideal para todas nuestras frustraciones.

La crispación aumenta. Quieren enfrentarnos. Hablan para sus devotos (aquellos que les dan votos), inventando enemigos y nuevas fronteras; embaucando a la gente con promesas xenófobas y ofreciéndoles el paraíso a precio de saldo. Mostrando los pros y ocultando los contras. No arreglan los problemas de la gente, sino los suyos propios. Al actuar apresuradamente, podemos precipitarnos y cometer errores que tendremos que lamentar. En situaciones tan tensas, son frecuentes los gatillazos intelectuales, por razonamientos "interruptus". La manipulación del lenguaje y de los medios de comunicación, es una vieja triquiñuela del poder. Pero está visto que funciona.
Simplificación excesiva, pelea de patio de colegio; "reality show" de cara a la galería o cuestión de marketing que pretende exacerbar, de manera interesada e irresponsable, las bajas pasiones…Así no es raro que las cosas nos vayan tan bien y que la gente esté tan contenta con la labor de nuestros líderes políticos…

En septiembre de 2007, Andrés Rábago "El Roto" - al que acaban de conceder el Premio Nacional de Ilustración 2012 - vino a impartir la conferencia de clausura de la Escuela de Verano de Salud Pública. Sus viñetas, publicadas en el diario "El País", destilan un humor inteligente y crítico, que se agradece mucho (como las de Zaca, en clave menorquina). En una de ellas, se puede ver a dos hombres, esquemáticos e indeterminados, inclinados sobre unas pantallas de ordenador. Uno de ellos, le dice al otro: "La gente está furiosa con la situación". A lo que el otro responde: "¡Y eso que no saben cual es la situación!"