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CARTA DESDE OAK RIDGE, TENNESSEE (EEUU)

Benjamín A. Carreras

Sr. Director. Faltan solo unos días para las elecciones y para saber quién será el próximo presidente de los Estados Unidos. El resultado es importante, no solo para nosotros en Estados Unidos sino también para el resto del mundo. A pesar de la importancia del hecho en sí, he de confesar que en este momento el sentimiento que me domina es el de cansancio.

Llevamos más de diez meses de proceso electoral. Empezó con las primarias del partido Republicano y se ha ido prolongando durante todo este año. Las consecuencias han sido un tremendo gasto propagandístico, una paralización de las labores legislativas, y un continuo oír críticas e insultos de unos a otros. En este punto lo único que quisiera gritar es: ¡que paren de una vez!

En estos meses hemos visto desfilar la lista de candidatos más increíbles que yo haya visto en mi vida. Para conducir un coche hace falta un carné. Para llevar un barco hace falta estudiar años y llegar a ser capitán de navío. Para llevar la nave del Estado no hay requisitos mínimos y muchos de los candidatos lo han demostrado, no llegaban al mínimo nivel que requeriría el trabajo más simple.

Una de las demostraciones más palpables del nivel de estas personas es el trabajo que ejercen una vez han sido rechazados como candidatos a la presidencia. La mayoría se han transformado en tertulianos de alguna cadena de televisión. Trabajo que para desempeñarlo solo se requiere dar opiniones sobre cualquier cosa se tenga o no tenga idea de ello y el no tener el mínimo reparo en hacerlo.

En este camino electoral, hemos sido bombardeados constantemente con correos electrónicos y normales pidiendo dinero para los candidatos. Últimamente podía recibir en un solo día diez correos electrónicos del mismo partido con petición de dinero.

Cada fin de mes los partidos hacen balance del dinero que recaudan y lo hacen publico. Eso se ha transformado en una competición, ya se pide dinero para demostrar que el partido es capaz de recaudar más dinero que el otro. El un hombre un voto, parece transformarse en un dólar un voto. Eso a es ridículo en si, pero ¿como se puede pensar en competir con personas como el Sr. Adelson, sí, el de Eurovegas, que de golpe da diez millones a Mitt Romney? ¿Cuántos trabajadores medios tienen que hacer donaciones para compensar esta?

Mientras tanto, en el Congreso no se puede llegar a acuerdos sobre nada. Todo es parte de la campaña electoral. Así llevamos dos años sin presupuestos aprobados, solo con acuerdos de prolongación de los anteriores para evitar que el gobierno federal tenga que cerrar.

Pero aun más penoso es la falta de nivel en la discusión y critica de los que compiten. No se discuten los programas de los candidatos, del alguno no se sabe si tiene programa. Se miente descaradamente, se insulta, se distorsiona todo. Desgraciadamente, los políticos a través de estos procesos están destruyendo las bases de la democracia. Lo peor es que esa plaga no es algo solo de Estados Unidos, se ha extendido a muchos países.

Dentro de muy poco sabremos quien es el nuevo presidente. Sinceramente espero que no sea el candidato que no entiende porque no pueden dejar que se abran las ventanillas de los aviones en vuelo. Pero, sobre todo deseo que pare de una vez la campaña electoral.