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El pleno de Ciutadella ratificó ayer por la noche el plan de ajuste acordado por todos los partidos, por un importe de 3,1 millones (reducción de 2 millones de gasto e incremento de 1,1 de los ingresos). Todos los portavoces indicaron que no era su propuesta, pero que ante la crítica situación de la economía municipal, por la reducción de la aportación del Estado, era necesario ceder y alcanzar acuerdos. Hay que celebrar este consenso, siempre difícil. El caso de Ciutadella es paradigmático. Una de las principales diferencias con el resto de municipios es que no se aprobó un plan de estabilidad. Un error evidente, que ahora se ha pagado y se ha saldado mediante el acuerdo. La conclusión es que el esfuerzo para alcanzar un consenso en este momento de gran dificultad económica no debería ser la excepción, sino la norma. Ciutadella no es el único Ayuntamiento con una situación financiera muy complicada. Es necesario imponer la disciplina del acuerdo. Y practicar con el ejemplo, como han hecho los concejales de Ponent que han eliminado, por ejemplo, las asignaciones para los grupos políticos. Cuando el ejercicio de la actividad pública está tan denostado, conviene valorar el compromiso y el esfuerzo de quienes mantienen una actitud honesta de servicio a la sociedad.