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El Ayuntamiento de Ciutadella, que sufre una crítica situación económica, ha decidido dejar de aportar dinero al Fons Menorquí para la cooperación con países empobrecidos. Otros ayuntamientos de la Isla están analizando la reducción de las aportaciones y solo Es Migjorn y Es Mercadal han asegurado el mantenimiento de la dotación. Dejar a 0 euros la ayuda a proyectos solidarios en los países más pobres del planeta demuestra una preocupante falta de sensibilidad. Basta analizar las partidas del presupuesto de Ciutadella que se han dejado a 0 y cuáles se han reducido, para valorar que la drástica decisión no es justa. Es demasiado fácil dejar de atender a las personas que pasan hambre lejos de la Isla, porque se trata de una pobreza que no se ve. Es evidente que se están produciendo situaciones de pobreza a nuestro alrededor, que requieren de actuaciones inmediatas. Pero este hecho, no puede ser el argumento para quitar a los más pobres los recursos para atender a los necesitados locales. Existe un margen suficiente para que todavía las instituciones y los menorquines puedan ayudar en ambos casos. Además, el acuerdo de Ciutadella trata las ayudas a países empobrecidos como una acto caritativo, cuando los reclama la justicia.