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De confirmarse por ser cierto lo publicado por el diario "El País", (jueves 31 de enero 2013), el PP tendría un grave problema, y al gobierno, no le quedaría otra, que dar cuanto antes todas las explicaciones en sede parlamentaria que tuviera que dar, hasta aclarar a la ciudadanía todo el caso Bárcenas y lo que éste hubiera significado respecto a la corrupción, aunque eso incluso conllevase una situación política insostenible que pudiera aconsejar llevar al país a las urnas (Dios no lo quiera).

Ya no son horas del "y tú más" que tanto avergüenzan a la ciudadanía con esos infantiles, con esos huérfanos recursos orales, con esos rifirrafes de patio de colegio de ir tirándose a la cabeza la corrupción los unos a los otros, en los que aquí, ni el PSOE ni el PP están en condiciones para tirar "la primera piedra".

Al PP, a la cúpula dirigente de este partido y al gobierno, se le ha hecho ahora presente un problema grave, que deben aclarar de manera inequívoca, sin dejar en el aire ni la más mínima sospecha.

Tampoco me parece el mejor momento para amenazar ahora con querellas y más querellas (en algunos casos el ataque no es la mejor defensa). En este punto se podría señalar, que el PP deberá ir pensando en que va a tener que querellarse con la prensa de medio mundo, a tenor de lo que han ido publicando sobre la corrupción de la derecha los más prestigiosos diarios. Justo ahora además, que su ministro de Justicia, Sr. Gallardón, ha puesto las tasas judiciales por las nubes (permítaseme la ironía).

Tampoco son horas ni son los mejores argumentos lo de las auditorias. Cualquiera sabe que lo que se audita es la contabilidad A, la oficial. Pero el dinero negro o sospechoso de serlo, caso de haber de ello contabilidad, estaría separada de la oficial. No hay ninguna persona medianamente en sus cabales que se le ocurra mandarla auditar y luego hacerla pública, que eso es tanto como decir: miren ustedes lo que estaba defraudando. A no ser como los millones de Suiza del Sr. Bárcenas, que por esa ocurrencia del Sr. Montoro de la amnistía fiscal, ya no son millones negros, si no millones blanqueados, sin que por eso, se sepa su procedencia. Al menos, estas son las horas que no se ha hecho pública. Esta es otra podríamos decir chapuza, que la legalidad por voluntad política permite, y que también deberá ser una cuestión que se tendrá que aclarar.

El día 22 de enero pasado, en estas mismas páginas, un titular de un artículo mío preguntaba: ¿Es Bárcenas el talón de Aquiles del PP? Hoy tengo que decir, que de lo que no cabe duda, es que Bárcenas, es en estos momentos, una piedra que aún no se sabe el tamaño en el zapato político del PP, y las piedras, aunque sean pequeñas en un zapato, es lo que tienen: o limpias el zapato o andas cojo hasta que lo hagas. Si la piedra fuera muy grande puede dejarte hasta tullido.

Por el bien de la política, por el bien del país, ojalá que el PP se quite cuánto antes la presumible "china" de su zapato, y que consiga hacerlo sin dejar tras de sí ni la más remota sospecha, porqué nuestra situación laboral, económica y social, no puede verse además lastrada con una situación política tan enrarecida, tan entre sospecha cómo en la qué ahora estamos. Todo en la vida tiene un límite o debería de tenerlo, aunque en estos momentos, se nos hace de repente dolorosamente presente, que no hay nada que esté mal que aún no pueda estar peor.