TW
0

Un mentiroso sólo dice la verdad para asegurarse de que vuelvan a creerle sus mentiras. Y de la verdad que diga lo cierto es que la mitad no suele serlo y bueno, ya se sabe que una verdad a medias es completamente una mentira, pero eso sí, con trazos de verdad ¡Mira, por ahí van unos!, son nombres, son ellos, han perdido los papeles y están improvisando el nuevo engaño, pataleando ante las noticias, impidiendo la Democracia con las herramientas que ésta les facilita. "Votemos en contra de dar la cara y tendremos más, pero serán menos los que nos den la espalda". Y Listos.

Qué fácil el silencio cuando no hay nada que decir, ni excusa, ni motivo que justifique o desmienta la presunta culpabilidad o implicación en un asunto del que se tomó parte, de tanto en tanto, de sobre en sobre, año tras año, hasta naturalizarlo. Qué sencillo esperar a que sea la justicia la que hable si por el camino podemos hacerla más lenta y más ciega, más torpe y más nuestra. Uno no puede ser culpable sin que lo prueben pero tampoco se debería poder ser presidente bajo determinadas sospechas. Aunque sí se puede, aquí vale todo mientras haya quien lo pague. En sobres preferentemente. Y a ser posible ya sin nombres. Gracias.

Tampoco importa en realidad qué acabe diciendo nunca un mentiroso, la información no suele variar, no cambia mucho al ponerlo delante de un micrófono, nada se aclara ni se desvela, sin importar si ahora dice otra mentira o se sincera: si es mentira es como siempre, si es verdad es para algo. Sus palabras no son más que datos con los que constatar no ya más mentiras, sino que mienten. En realidad el discurso de alguien que falta a la verdad tiene menos valor que su silencio, así que tal vez es preferible que se callen, que no digan más ni abran la boca, ni nadie los atienda, ni pregunte, una vez se conoce su problema con la verdad lo mejor es tratarlos como lo que son. Mentirosos.

Falta averiguar, eso sí, qué hacer cuando se sabe que nos gobierna la mentira y que el sistema se sustenta y depende de la cantidad de gente que quiera creérsela, que lo prefiera. Falta saber cómo responder a que salga a la luz tanto blanqueo, tanto silencio en cuotas, tantos favores financiados, tantos políticos cobrando, tanto poder comprado. Falta saber si nos quedaremos con el silencio y todo lo que aprueba, o si con las palabras que vayan goteando una mentira nueva, en la que adentrarse de nuevo, donde todo parecerá otra vez verdad, salvo algunas cosas.