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Hace unos días la corresponsal en España del programa "Smart Planet" de la televisión americana CBS, Jenny Jiggins, se preguntaba en un artículo ¿por qué los españoles no son emprendedores? La periodista americana, que hace años vive en Barcelona, aseguraba que el gran problema radica en el estancamiento del sistema educativo público y en la cultura (española) en general. Esto explicaría que el "70 por ciento de los alumnos españoles quieran trabajar para una gran empresa o para la Administración" mientras que "el 70 por ciento de los alumnos norteamericanos quieren dirigir su propia empresa".

Más de la mitad de los jóvenes españoles, muchos de ellos con carreras universitarias, están en paro pero incluso así dudan en cómo enfocar su futuro. Según la OCDE casi la mitad de los que trabajan lo hacen en empleos inferiores a lo que su preparación permitiría o aconsejaría. Entonces, si no encuentran un trabajo bien remunerado, si no tienen familia (se supone que porque no pueden "pagarla") y si no tienen hipotecas (por la misma razón) ¿por qué no se arriesgan a autoemplearse? Pues quizás porque no es costumbre. Muy pocos jóvenes que pierden un empleo comienzan a buscar otro al día siguiente. La inmensa mayoría quiere "disfrutar" del paro el máximo tiempo posible y después "ya veremos".

Parece que existe un intangible en parte de nuestro país que se resume en un generalizado querer "ir tirando". Se acepta que tener un empleo es necesario para poder pagarte tus gastos (aunque no te guste lo que hagas) pero no es imprescindible que sirva para realizarte como persona. Desde diversos frentes se acusa a la enseñanza española de no saber inculcar el debate, la discusión o la creación de un sentimiento crítico hacia las cosas. Para muchos chicos los colegios se han convertido en un lugar "donde aprobar lo justo" pero no para aprender iniciativas.

¿Por qué tantos jóvenes de poco más de veinte años, con toda la vida por delante y con todas sus ilusiones por realizar, quieren ser sirvientes públicos toda su vida? Efectivamente ¿por qué esa inclinación que tiende a un socialismo de estado donde todos trabajen para la administración? Algunos pensamos que la administración, necesaria, debe ser reducida hasta su mínima expresión para facilitar que la mayoría no dependa de los presupuestos públicos.

La iniciativa privada tiene mala fama en nuestro país. Cualquiera que inicie algo y tenga éxito es siempre mirado aquí con suspicacia no exenta de envidia. Un profesor de ESADE dice que "En España hace falta un cambio de mentalidad para dejar atrás la "aversión al riesgo" que inculca el propio sistema educativo. Cuando se pregunta a un niño que quiere ser de mayor responde astronauta, arqueólogo o inventor; cuando se le pregunta a un adolescente responde que quiere ser funcionario o empleado de una multinacional. No se alimenta la creatividad."

A veces hemos recordado que las crisis no siempre son malas. Quizás sea ahora (a la fuerza ahorcan) cuando más jóvenes comiencen a replantearse su vida desde otros planteamientos laborales: desde el famoso "si no encuentras trabajo, ¡créatelo tú mismo!". Aunque lo hagan por necesidad y no por decisión emprendedora, bienvenida sea la nueva decisión. ¿No es hora ya de que la iniciativa sustituya a la inclinación a la subvención perpetua?

¿Menorca? En alguna parte debo guardar una terrorífica encuesta que publicó la prensa local hace unos pocos años donde, efectivamente, se confirmaba esa querencia juvenil mayoritaria por querer trabajar para la administración. ¿No es ese otro de los grandes problemas actuales de nuestra isla?

Nota:

- ¿Por qué debe ser importante la opinión de unos actorcillos rebozados de subvenciones?

- Efectivamente las rubias pueden ser peligrosas y más cuando son tan guapas y con tanta clase.