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Chris Huhne (1), exministro británico y hasta hace unos meses en la mejor posición para haber sido el líder de los liberales-demócratas británicos, y su ex mujer, la conocida economista Vicky Pryce, el lunes 11 del presente mes, entraron en la cárcel dónde les mandó el Sr. Juez.

Ustedes pensarán ¡hombre José María! ¿Y, esto a qué viene? Pues viene… claro que viene, y viene como anillo al dedo para darnos cuenta de las distintas y distantes que son las leyes británicas respecto de las españolas. ¿Saben ustedes por qué un exministro y su exmujer están en la cárcel por una temporadita? Por mentir, sí señor, por mentir el exministro y por ayudarle en la mentira su exmujer, al negar ambos que en el año 2003 cometieron una infracción de tráfico, lo que las leyes inglesas tipifican judicialmente como obstrucción de la Justicia.

Déjenme hacer una acotación que viene al caso: en el año 1999 el político conservador John Aitken, también dio con sus huesos en la mazmorra. Ruego se fijen ustedes en el motivo: perdió una denuncia que había presentado por libelo contra el diario "The Guardian". Una cosa pongo por caso, salvadas sean todas las distancias, cómo si aquí va la dirección del PP, que como ustedes saben ha puesto una denuncia contra el diario "El País" y la pierde.

Aquí se miente, aquí se roba a espuertas llenas, se prevarica, se trafica con influencias mil, se blanquea dinero y mil y una tropelía más, y… bueno… ¿y qué?

El exministro británico Chris Hunhe y su esposa de entonces, mintieron a la Policía para que él no perdiera el permiso de conducir, cuando conducía a más velocidad de la permitida, diciendo que era su mujer la que iba al volante. Semejante rigor judicial, sobre todo con un exministro, aquí es imposible, porque aquí, mentir a la Policía y mentir a los jueces, es lo habitual. Incluso los políticos nos mienten, y aun reconociendo que han mentido, no sucede absolutamente nada. Sabina tiene una preciosa canción que nos advierte qué "Hay mentiras que ganan juicios". Pero es que no solo se miente, se promete y se jura en falso, a lo que hay que añadir esa dolencia, esa enfermedad neurológica que genera en neurosis síquico-mental, porque algún nombre le tengo que poner a la fulminante pérdida de memoria que le sobreviene a nuestra "familia choricera", sea del pueblo llano o de pata negra, pero delante de un juez, perder la memoria y no recordar nada de nada, es todo uno. Aunque algo de razón puede que tengan y no es que en este asunto quiera yo poner una pica en Flandes, pero sustanciar judicialmente un asunto ocho o nueve años más tarde de cuando tuvieron lugar los hechos qué se juzgan, pues una de dos: o se anota todo punto por randa cuando acaba de suceder el hecho, o hay que admitir, que algunos "detalles" no se recuerden. Lo cierto es que aquí, por mentir a la Policía en una infracción de tráfico, ni en un sueño se puede soñar que un juez envíe a un matrimonio a la cárcel, sobre todo si en ese matrimonio, uno de ellos es exministro. A un pobre desgraciado… puede, pero a un líder político ¡no fotis!.

(1) Chris Hunhe fue Ministro de Energía del Gobierno británico.