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Esta crisis económica se ceba en los más débiles. Y entre ellos, los más pequeños. Las familias que están perdiendo capacidad económica, inmersas en una dinámica de reducción de gastos, evitan llevar a sus hijos a las escuelas infantiles. Ello ya provoca el cierre de dos aulas en Ciutadella, un síntoma de un problema que se acentuará en los próximos años y que incluso puede llevar al cierre de algún centro. Menorca ha sido pionera en la atención a la educación infantil. Aquí fue uno de los primeros lugares en que las "guarderías" cambiaron de nombre, conscientes de que la etapa infantil es la más importante, en la que se ponen las bases del desarrollo intelectual y afectivo de las personas. Sin embargo, esta primera etapa pedagógica no despierta el mismo interés que otras de niveles superiores. Ni en las polémicas. La calidad de la enseñanza de 0 a 3 años en la Isla es un valor que tenemos, que se ha conseguido con el trabajo de muchos años y de muchos profesionales, y que no se puede perder. Seguramente las mejoras y el incremento de plazas que se ha llevado a cabo en la última década no contaron con la terrible crisis que vivimos. De todas formas, sería conveniente una mayor sensibilidad para la educación infantil. Esta sí es una inversión de futuro.