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A este paso me presento yo a Eurovisión. Menudo disgusto para la muchacha en cuestión. Meses y meses trabajando, afinando la canción, recibiendo los aplausos allí donde iban de promoción, todo muy bonito y suena muy bien, y, de golpe y porrazo, batacazo eurovisivo. Penúltimos y jugándonos la promoción de descenso.

Esperemos que no haya penaltis.

A España no se la respeta ni musicalmente. Se ve que el follón de chorizos y de las tramas de corrupción que afloran asiduamente por estos lares han terminado costándonos un par de 'tri points' que eran los que maquillaban anualmente la nefasta actuación española en la orgía musical y de felicidad con la que Televisión Española nos castiga despiadada y fielmente cada 365 días.

No sé qué me parece más ridículo, si el atuendo con el que participamos, la penúltima posición o el hecho de que únicamente le votó a España Italia, con dos puntos, y Albania, que ni sabía que participaba en la fiesta, que regaló seis. ¿Y por qué puñetas lo hicieron? Esa limosna permitió a la representación española quedar ligeramente por encima de Irlanda.

A mí me preocupa. Una cosa es que el Fondo Monetario, la Unión Europea o Estados Unidos no te respete y, cuando piensa en ti, crea que es un nido de 'jipis' vagos y enfadados que a la mínima se manifiesta por todo y otra, muy distinta, es que en Eurovisión no te respete ni el tato. Ahí estamos rozando límites peligrosos, jugando con la ilusión de millones de adolescentes y de abuelas que han sacrificado sus SMS, MMS, MSM, SSM o como se escriban los mensajes de texto con su correspondiente euro y pico de coste para acabar en el culo de Europa musicalmente hablando. Porque, para qué negarlo, de España se rió hasta Irlanda, la última clasificada.

A mí me da que la culpa de todo esto la tiene el gobierno. Que las gestiones que ha estado haciendo Mariano Rajoy en los últimos meses entre recorte y recorte, hayan afectado a los 'tri points'. Eso, o que la canción era un truño y que hay cosas mucho más importantes en las que perder el tiempo y el dinero.
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dgelabertpetrus@gmail.com