TW
0

Ayer, por fin, se dio un paso para mejorar la comunicación entre el puerto y la zona urbana de Maó. El ascensor, tantos años esperado, se ha puesto en marcha y ya presta servicio. La apertura de zonas de aparcamiento próximas a este nuevo acceso mecánico también permite facilitar el tránsito al puerto. Seguramente, en lugar de imponer la zona peatonal, cuando no existe un consenso suficiente, llegar al mismo resultado paso a paso es una estrategia más acertada. El ascensor ha esperado catorce años, el diseño es mejorable, las obras complementarias han encarecido el proyecto, sin embargo, el resultado es positivo para avanzar en ese objetivo genérico de promover el puerto como motor de la economía local. La expectativa que ha despertado esta obra es proporcional a las esperanzas que los ciudadanos tienen depositadas en la actividad portuaria. La celebración por la actividad de un simple ascensor demuestra la necesidad de poner en marcha iniciativas que concedan al puerto el protagonismo económico que le corresponde. Lo primero es concluir las obras proyectadas y después establecer ese plan de futuro para la zona portuaria, que permita fijar las prioridades y que los pasos se den en la misma dirección.